Entering a New Era – Entrar en una era nueva
Entrar en una era nueva
Deseo invitar a todos a una “Era Nueva”. Desde hace dos años parece que todas las noticias son malas noticias. Es hora de que cambiemos eso. Nos enfrentamos a desafíos serios. La pandemia de COVID no ha terminado. La violencia que nos rodea es real. Hay gente que sufre de muchas formas. Nuestros líderes políticos fallan en el liderazgo. La verdad parece más subjetiva que objetiva. La educación se desafía en lugar de desafiarnos a nosotros. Nuestras vidas religiosas y espirituales se guían a distancia, a través de los medios de comunicación en lugar de compartir la fe “donde se reúnen dos o tres”. Parece que estamos a la deriva hacia una nueva normalidad en lugar de iniciar a una nueva normalidad.
Se desconoce el camino hacia la paz y un nuevo orden, pero es posible. Sólo puedo imaginarme a los Apóstoles diciéndoles a Jesús: “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones”. Estaban llenos de gozo en la resurrección, fortalecidos por el Espíritu, pero pronto se dieron cuenta de la realidad y tenían que descubrir: “¿Cómo?” Salieron y tuvieron éxitos y algunos fracasos. A partir de ese momento, los misioneros llevaron el evangelio a personas que no conocían y descubrieron formas de proclamar el evangelio. Al ir a tierras extranjeras, necesitaban aprender el idioma, las costumbres y las condiciones de vida de las personas a las que fueron enviados. A veces incorporaron conocimientos espirituales y costumbres de los pueblos a la vida cristiana, a veces invitaron a las personas a nuevas formas de vivir y relacionarse con Dios, y a veces desafiaron a las personas a alejarse de las prácticas destructivas y las adicciones.
Mañana, el Papa Francisco entregará su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz. Ya se ha publicado en el sitio web del Vaticano, entonces sabemos lo que va a decir. Dice que hay tres claves para la paz: diálogo, educación y trabajo. Antes de considerar sus claves, que estemos abiertos a descubrir nuevas formas de hacer las cosas. Después de treinta años de trabajar con personas al margen de la Iglesia, los mejores resultados del ministerio se obtienen a través de la invitación en lugar de la obligación.
Invitación – no obligación
La misión de Casa San Alfonso en 1991 fue evangelizar a los jóvenes de los barrios pobres de la ciudad a quienes el ministerio ordinario de la Iglesia no lograba involucrar. Las obligaciones de los preceptos de la iglesia, el acoso de los padres, las reglas de la sociedad y la dirección de los trabajadores sociales no lograron estabilidad a nuestros barrios. “Deberías” y “tienes que” son frases que siempre fallaban, no importa la bondad de los consejos. Muchas personas en el ministerio ofrecieron consejos de manera similar. Casa San Alfonso comenzó como una casa de acogida. “Debes” y “tienes que” no debe oír en la Casa.
La invitación a la oración involucró a los jóvenes en la vida de oración de Casa San Alfonso. Como comunidad religiosa, rezamos la liturgia del breviario, dando la bienvenida a los jóvenes a unirse a nosotros, pero evitando obligar a ellos unirse a nosotros. Los que vivían en la casa no estaban obligados a rezar las horas, pero sin obligación participaban regularmente. Por la noche, muchos se unieron a nosotros para la oración nocturna.
Fue una gran bendición escuchar a los jóvenes hablar de su casa. Ya no se sentían como huéspedes. Casa San Alfonso se convirtió en su hogar.
(Que su nuevo año sea bendecido y que trabajemos por la paz mundial).
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Entering a New Era
I wish to invite all people to a “New Era”. For two years it seems that all news is bad news. It is time for us to change that. There are serious challenges facing us. The COVID pandemic is not over. Violence around us is real. There are people suffering in many ways. Our political leaders fail in leadership. Truth appears to be subjective rather than objective. Education is challenged rather than challenging us. Our religious and spiritual lives are guided from a distance, by means of media rather than by sharing of faith “where two or three are gathered.” We appear to be drifting into a new normal rather than creating into a new normal.
The path to peace and a new order is unknown, but it is possible. I can only imagine the Apostles being told by Jesus, “Go, make disciples of all nations.” They were full of joy in the resurrection, empowered by the Spirit, but they soon hit reality and had to discover, “How?” They went out and had successes and some failures. From that time on, missionaries took the gospel to people who they did not know and discovered ways to proclaim the gospel. As they went to foreign lands they needed to learn the language, the customs and the living conditions of the people to whom they were sent. Sometimes they incorporated spiritual insights and customs of peoples into Christian life, sometimes they invited people to new ways of living and relating to God, and sometimes they challenged people to move away from destructive practices and addictions.
Tomorrow, Pope Francis will deliver his message for the World Day of Peace. It has already been published on the Vatican website, so we know what he will be saying. He says that there are three keys to peace: dialogue, education and work. Before considering his keys, may we be open to discovering new ways of doing things. After thirty years of working with people on the margins of the Church, the best results of ministry come through invitation rather than obligation.
Invitation – not obligation
The mission of Casa San Alfonso in 1991 was to evangelize inner city youth whom the ordinary ministry of the Church failed to engage. The obligations of church precepts, the badgering of parents, rules of society and direction of social workers and parole officers were unsuccessful in bringing stability to our barrios. “You should” and “you must” are phrases that always failed, no matter how good the advice may have been. Many people in ministry offered advice in similar ways. Casa San Alfonso began as a house of welcome. Should and must needed to be avoided.
Invitation to prayer engaged young people into the prayer life of Casa San Alfonso. As a religious community we prayed the liturgy of the breviary, welcoming young people to join us, but avoiding obliging people to join us. Those who lived in the house were not obliged to pray the hours, but without obligation participated regularly. In the evening, many joined us for night prayer.
A great blessing was to hear the youth talking about their house. They no longer felt like visitors. Casa San Alfonso became their home.
(May your new year be blessed and may we work for World Peace.)
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.