3. Walk with my people: Just what does it mean
¿Qué significa “caminar con mi pueblo”?
Cuando comenzamos Casa San Alfonso, era obvio que mientras decíamos esas palabras, teníamos diferentes ideas de lo que significaba ‘caminar con el pueblo’. Teníamos planes y escribimos una visión de lo que pensábamos que podíamos hacer por y con los jóvenes. Durante meses antes de abrir la casa, escribí sobre nuestras esperanzas y sueños para la casa para buscar la aprobación de nuestro superior provincial para el proyecto. Tomando material de nuestras Constituciones Redentoristas, no fue difícil justificar la misión de crear una comunidad acogedora para los jóvenes que vivían en la inseguridad de la pobreza y la lucha migratoria. Cuando se les preguntó cómo caminamos con los jóvenes, nuestros planes demostraron nuestro entusiasmo, pero no estaban bien enfocados en los jóvenes que vinieron a nuestra comunidad.
Patricio ya había estado trabajando con jóvenes en Denver durante dos años, por lo que tuvo una buena relación con la primera ola de jóvenes que vinieron a la Casa. Tuve que dejar que Patricio y los jóvenes me presentaran la vida de los jóvenes de nuestro barrio. Como recién comenzaba a aprender español, la mayor parte del tiempo, solo captaba entre el 60 y el 70% de lo que decía la gente. Celebraba misa en español y leía homilías. A menudo escribía mi homilía y se la daba a los jóvenes para que la corrigieran y decían: “Padre, entendemos lo que está tratando de decir, pero no es así como lo decimos”.
Una vez, iba a decir una oración en una reunión del desayuno de Caballeros de Colón en español. Le pregunté a los jóvenes cómo debería presentarme a los Caballeros. Uno dijo: “Es fácil, padre. Solo diga: ‘Buenos días, Cab—- nes de Colón'”. Todos se rieron tan fuerte; Sabía que era mejor no repetir lo que decían. Finalmente, uno dijo: “No, Padre. Dígales ‘Buenos días, Caballeros de Colón'”.
Puede parecer difícil dejar que los jóvenes nos enseñen y tratarlos como iguales, pero los jóvenes que vinieron a la Casa fueron buenos y los mejores maestros. La fe, la oración y la misión no los desanimó, pero los hizo más ansiosos por ser parte de la pandilla de Casa San Alfonso. A veces consideramos a nuestro grupo como una pandilla. Tuvimos medallas redentoristas de bronce que conmemoraron el 250 aniversario de la Congregación. No se los vendimos a la juventud. Después de que un joven vino varias veces a nuestro grupo de jóvenes y comenzara a mostrar signos de responsabilidad en el grupo, presentamos la cruz a algunos de los recién llegados. Como las pandillas tienen sus colores, la pandilla Casa San Alfonso tenía su cruz. Los jóvenes que tal vez no se hayan inspirado en las misas dominicales, encontraron que valía la pena visitar la Casa.
Just what does it mean to “walk with my people”
When we began Casa San Alfonso, it was obvious that while we said those words, we had different ideas of what it meant, ‘to walk with the people’. We had plans, and wrote a vision of what we thought that we could do for and with youth. For months before we opened the house, I wrote about our hopes and dreams for the house to seek approval from our provincial superior for the project. Taking material from our Redemptorist Constitutions and Statues, it was not difficult to justify the mission to create a welcoming community for young people who lived in the insecurity of poverty and immigration insecurity. When asked how we would reach the young people, our plans proved to be zealous but not well focused on the young people who came to our community.
Fr. Patrick had already been working with youth in Denver for two years, so he had a rapport with the first wave of young people coming to the Casa. I had to let Patrick and the young people introduce me to the lives of the youth in our barrio. As I was just beginning to learn Spanish, much of the time, I was only catching about 60-70 % of what people were saying. I was celebrating Mass in Spanish and reading homilies. I often wrote my homily and gave it to the young people to correct and they would say, “Father, we understand what you are trying to say, but that is not how we say it.”
Once, I was to say a prayer at a meeting of the Knights of Columbus breakfast in Spanish. I asked the youth how I should introduce myself to the Knights. One said, “It is easy, Padre. Just say, ‘Buenos días, Cab—nes de Colón’.” They all laughed so hard; I knew better than to repeat what they said. Finally, one said, “No, Padre. Say to them ‘Buenos días, Caballeros de Colón’.”
While it may sound difficult to let the youth teach us, and to treat them as equals, the young people that came to the Casa were good and they were the best of teachers. Faith, prayer and mission did not turn them off, but made them more eager to be part of the Casa San Alfonso gang. Sometimes we did consider our group a gang. We had bronze Redemptorist medals that commemorated the 250th anniversary of the Congregation. We did not sell them to the youth. After a young person came a few times to our youth group, and began to show signs of responsibility in the group, we presented some of the newcomers with their cross. As gangs have their colors, the Casa gang had their cross. Young people who may not have been inspired by Sunday Masses, found the Casa to be worth checking into.
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.