Moving into 2023 / Avanzando hacia 2023
Avanzando hacia 2023
Durante estos últimos días de 2022, he pensado en mis cincuenta años de sacerdocio. Fui ordenado el 21 de junio de 1973. He tenido el privilegio de caminar con la gente en los mejores momentos, pero también he acompañado a la gente en los momentos difíciles de la vida. He estado involucrado en muchos ministerios. Enseñar, predicar, administrar los sacramentos de la Iglesia y preparar a los laicos para servir en ministerios es lo que hago como sacerdote. Servir al Pueblo de Dios es importante, pero más importante es ser presente al Pueblo de Dios. Escuchar y caminar con la gente es más importante que la enseñanza que pueda presentar.
En mis primeros dieciocho años de ministerio, los deportes, ir a juegos y actividades juveniles me llevaron a relacionarme con las personas a las que servía. Asistir a reuniones de alcohólicos, adictos y sus familias me expuso a muchas situaciones de la vida que uno no puede aprender en las aulas. A menudo, esas actividades parecían estar fuera de mi ministerio ordinario como sacerdote. Yo creía que era importante hacer esas cosas para poder enseñar y evangelizar.
Fue cuando comencé a trabajar en el ministerio hispano que comencé a reconocer el valor de desarrollar relaciones con las personas a las que servía. Me dijeron: “Si no caminas con mi gente, no te molestes en aprender español”. Las palabras parecían duras, pero mientras caminaba con jóvenes inmigrantes y migrantes, reconocí la sabiduría del P. Enrique López. Tuve que aprender que pasar tiempo con amigos era en sí mismo un ministerio. Los picnics, las excursiones, llevar a los jóvenes a las Boundary Waters Canoe Area, jugar al fútbol y otros deportes con adultos jóvenes, a menudo preparaban el camino para ejercer el ministerio sacerdotal ordinario.
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Moving into 2023
These last few days of 2022, I have been thinking about fifty years of priesthood. I was ordained on June 21, 1973. I have been privileged to walk with people in the best of times, but I have also accompanied people in the difficult moments of life. I have been involved in many ministries. Teaching, preaching, administering the sacraments of the Church and preparing laity to serve in many ministries are what I do as a priest. Serving the People of God is important, but more importance is presence with the People of God. Listening and walking with people is more important than any teaching I may present.
In my first eighteen years of ministry, sports, camping, going to games and activities of youth brought me into relationships with people I served. Attending meetings of alcoholics, addicts and their families exposed me to many life situations that one cannot learn in classrooms. Often, those activities seemed to be outside my ordinary ministry as a priest. I believed it was important to do those things so that I could teach and evangelize.
It was when I began to work in Hispanic ministry that I began to recognize the value of developing relationships with the people whom I served. I was told, “If you don’t walk with my people, don’t bother learning Spanish.” The words seemed harsh, but as I walked with migrant and immigrant youth, I recognized the wisdom of Fr. Lopez. I had to learn that wasting time with friends was itself a ministry. Picnics, hiking trips, taking youth to the Boundary Waters Canoe Area, playing soccer and other sports with young adults, often prepared the way for doing ordinary priestly ministry.
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.