Learning from the past / Aprender de la historia
Comenzar con su historia personal
(Esta foto es de mi madre, y invito a ustedes recordar su propia historia)
Cada cinco años, gente de mi familia materna se reúne para una reunión de cuatro días en Omaha, Nebraska. Venimos de todas partes del mundo. Este verano, nuestra multitud disminuyó un poco con respecto a años anteriores, los efectos continuos de COVID. Había más de doscientos de las familias de 54 nietos de Al y Gertrude Ramm. Esta fue la primera reunión sin presencia de los diez niños Ramm. Soy el nieto mayor, ahora soy el número uno. Mientras nos reuníamos, vimos fotos desde nuestra infancia hasta el nacimiento de la niña más reciente de la familia. La niña más reciente llegó diez días antes de la reunión.
Hubo buenos recuerdos contados y vueltos a contar sobre nuestras familias y el impacto de cada década desde1950 hasta ahora. Mucho ha sucedido no solo dentro de nuestras familias, sino cambios dramáticos en la sociedad durante esos años. Recordamos a un tiempo más simple. Nuestra identidad estaba basada en la familia, la fe y la nación. Después de la Guerra Mundial II, crecimos en comunidades que experimentaron un país unificado en respuesta al mundo en guerra. Hubo avances dramáticos en la comunicación, el transporte y las noticias de más de nuestras comunidades locales. La música, la cultura, la ciencia, los medios de comunicación, los viajes e incluso la religión se movieron para adaptarse a la modernización de la sociedad.
Durante la reunión familiar, reconocimos la ética de trabajo de nuestro abuelo, un carpintero, mientras admiramos su caja de herramientas. Solo contenía la mitad de las herramientas que originalmente tenía. Algunos en la familia tienen algunas de esas antigüedades en sus casas. El abuelo se jubiló en la década de 1960. Mantuvo todas sus herramientas, afilando los instrumentos de su arte después de cada uso. Cinceles y sierras que tenían fechas grabadas en ellos desde 1906 hasta la década de 1950 estaban tan afilados como siempre. La caja de herramientas pesaba más de treinta kilos y probablemente solo estaba llena hasta la mitad. Se cuenta la historia que, al cuñado del abuelo, el tío Pat, era un luchador profesional, un nieto preguntó quién era el hombre más fuerte que había conocido. Conocía luchadores, levantadores de pesas y boxeadores, pero dijo que nuestro abuelo era el hombre más fuerte que conocía. Admiraba su fuerza porque la usaba para construir, no para lucirse. Un día, cuando mi abuelo llevó su caja de herramientas a su auto, después de abrir la cajuela, volvió a la casa por otra cosa. Tío Pat pensó que ayudaría poniendo la caja en la cajuela. Cuando trató de levantarlo, se sorprendió por su peso. En ese momento, mi abuelo estaba a su lado y dijo: “Puedo hacerlo”. El luchador profesional observó cómo el pequeño carpintero recogía la caja de herramientas y la metía en la cajuela.
Los diez hijos Ramm crecieron en un hogar católico y todos se graduaron de la escuela Holy Name. La próxima generación creció con un trasfondo de fe inspirado en la fe católica. La práctica de la fe religiosa para las próximas generaciones en la familia se volvió más diversa con el tiempo. Junto con la diversidad religiosa que se convirtió en una familia bastante diversa étnicamente con matrimonios entre razas que no eran tan comunes en 1946 cuando se casaron los primeros de los hijos Ramm. Ahora, dentro de la familia, hay miembros de ascendencia asiática, hispana, afroamericana y nativa americana. La práctica religiosa es mucho más diversa.
Mientras comparto nuestra historia familiar, hay un punto que debo señalar. Nos amamos y no dejaremos que las tensiones de la diversidad dentro de nuestra familia y las divisiones en el mundo que nos rodea sacudan nuestro amor mutuo.
Considere su historia personal
Mientras trabajo con personas que ingresan al mundo de la migración, animo a las personas a recordar las historias de sus seres queridos que les han transmitido valores, esperanza, fe y moralidad. Nunca disminuya la herencia que uno tiene en su historia familiar. Los jóvenes con los que trabajé hace treinta años, consideran que las lecciones más importantes aprendidas en Casa San Alfonso fueron el respeto por uno mismo, el respeto por los demás y la creencia en el amor de Dios. Conocer y honrar nuestra historia personal es valioso para todo el mundo.
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Begin with our personal past
(The photo today is of my mother, as I invite all to remember their own personal history)
Every five years, my mother´s side of our family gathers for a four-day family reunion in Omaha, Nebraska. We come from all over the world. This summer our crowd was down a bit from previous years, the continued effects of COVID. There were over two hundred of the families of 54 grandchildren of Al and Gertrude Ramm. This was our first reunion with none of the ten Ramm children present. I am the oldest grandchild, so now I am number One. As we gathered, we poured over pictures from our childhood to the birth of the most recent newborn in the family. She arrived ten days before we gathered.
There were fond memories told and retold about our families and the impact of every decade from the 1950’s to today. So much has happened not only within our families, but dramatic changes in society over those years. We look back on a simpler time. Our identity was based on family, faith and nation. After World War II, we grew up in communities that experienced a unifying moment in response to the world at war. There were dramatic advances in communication, transportation and news from beyond our local communities coming into our homes every day. Music, culture, science, media, travel and even religion moved to adjust to the modernization of society.
During our family reunion, we recognized the work ethic of our grandfather, a carpenter, as we admired his toolbox. It only held about half of the tools that he originally held. Some in the family have some of those antiques in their homes. Grandpa retired in the 1960’s. He maintained all of his tools, sharpening the instruments of his art after every use. Chisels and saws that had dates etched into them from 1906 to the 1950’s were as sharp as ever. The toolbox weighed over sixty pounds and probably was only half full. The story is told that Grandpa’s brother-in-law, Uncle Pat, he was a professional wrestler, was asked who was the strongest man that he ever knew. He knew wrestlers, weightlifters and boxers, but he said that our grandpa was the strongest man he knew. He admired his strength because it was used to build, not to show off. One day, when grandpa brought his toolbox out to his car, after opening the trunk, he went back into the house for something else. Uncle Pat thought he would help by putting the toolbox into the trunk. When he tried to lift it, he was shocked by its weight. At that moment, grandpa was right next to him and said, “I can get that.” The pro wrestler watched as the little carpenter picked up the toolbox and put it in the trunk.
The ten Ramm children grew up in a Catholic home and all graduated from Holy Name school. Our next generation grew up with a faith background inspired by the Catholic faith. Practice of religious faith for the next generations in the family became more diverse in our family over time. Along with religious diversity becoming part of our family, our family became quite ethnically diverse with marriages between races that was not so common in 1946 when the first of the Ramm children married. There are now within the family, members of Asian, Hispanic, African American and native American descent. Religious practice is much more diverse. There is diversity of sexual orientation within the family.
As I share our family story, there is one point that I must make. We love each other and we won’t let the tensions of diversity within our family and divisions in the world around us shake us in our love for each other.
Consider your personal history
As I work with people who enter the world of migration, I encourage people to remember the stories of their loved ones who have passed on values, hope, faith and morals to them. Never diminish the inheritance one has in their family history. Young people whom I worked with thirty years ago, consider the most important lessons learned at Casa San Alfonso was self-respect, respect for others and the belief in God’s love. Knowing and honoring our personal history is valuable for all people.
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.