Be careful with apologetics – Ten cuidado con la apologética
Ten cuidado con la apologética
Ayer escribí sobre la apologética, un método de estudio teológico. La catequesis tiene un papel en la evangelización, pero normalmente no inicia un proceso de conversión. Estamos preparando la celebración del nacimiento del niño Jesús. Hace poco alguien me dijo que está tomando clases de apologética. Dije que era bueno estudiar la enseñanza de la iglesia. Le pregunté, ¿por qué estás estudiando apologética? Él respondió: “Para defender la fe católica cuando visito a parientes no católicos”.
Me doy cuenta de que muchos quieren responder a las preguntas que nos proponen personas que no aman la fe católica, pero ten cuidado. El estudio de la teología, la moralidad, el derecho canónico, las escrituras, los documentos de la iglesia y la justicia social es importante, pero usar estos estudios para luchar con otros no sirve para promover la fe católica a los no creyentes. Demasiadas personas se sienten atraídas por el método apologético como una forma de luchar por la fe. Esta es una época maravillosa del año para estar con la familia, y en muchas de nuestras familias tenemos algunos miembros cuyo apego a la Iglesia Católica no es fuerte. Algunos han entrado creencias que menosprecian la fe católica. Si desea paz en la familia, no responda a sus preocupaciones en forma de apologética. Entender que la evangelización es mucho más que una explicación de la enseñanza doctrinal.
Evangelización, anuncio de esperanza en las promesas de Dios
La Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi describe la evangelización como el anuncio explícito del Evangelio y nuestra esperanza en las promesas de Dios. Considere las palabras del Papa Pablo VI:
- La evangelización comprende además la predicación de la esperanza en las promesas hechas por Dios mediante la nueva alianza en Jesucristo; la predicación del amor de Dios para con nosotros y de nuestro amor hacia Dios, la predicación del amor fraterno para con todos los hombres —capacidad de donación y de perdón, de renuncia, de ayuda al hermano— que por descender del amor de Dios, es el núcleo del Evangelio; la predicación del misterio del mal y de la búsqueda activa del bien. Predicación, asimismo, y ésta se hace cada vez más urgente, de la búsqueda del mismo Dios a través de la oración, sobre todo de adoración y de acción de gracias, y también a través de la comunión con ese signo visible del encuentro con Dios que es la Iglesia de Jesucristo; comunión que a su vez se expresa mediante la participación en esos otros signos de Cristo, viviente y operante en la Iglesia, que son los sacramentos. Vivir de tal suerte los sacramentos hasta conseguir en su celebración una verdadera plenitud, no es, como algunos pretenden, poner un obstáculo o aceptar una desviación de la evangelización: es darle toda su integridad. Porque la totalidad de la evangelización, aparte de la predicación del mensaje, consiste en implantar la Iglesia, la cual no existe sin este respiro de la vida sacramental culminante en la Eucaristía.
- La evangelización no sería completa si no tuviera en cuenta la interpelación recíproca que en el curso de los tiempos se establece entre el Evangelio y la vida concreta, personal y social, del hombre. Precisamente por esto la evangelización lleva consigo un mensaje explícito, adaptado a las diversas situaciones y constantemente actualizado, sobre los derechos y deberes de toda persona humana, sobre la vida familiar sin la cual apenas es posible el progreso personal, sobre la vida comunitaria de la sociedad, sobre la vida internacional, la paz, la justicia, el desarrollo; un mensaje, especialmente vigoroso en nuestros días, sobre la liberación.
“¡Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!”
En cuanto a responder preguntas en nuestras celebraciones de Navidad con miembros de la familia que pueden no ser activos en la fe católica, por favor deje la apologética a un lado. Ámenlos con todo su corazón y déjenles ver en ustedes la maravilla de los pastores cuando escucharon a los ángeles anunciar “En la Tierra Paz”.
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Be careful with apologetics
Yesterday I wrote about apologetics, a method of theological study. Catechesis has a role in evangelization, but ordinarily it does not begin a process of conversion. We are preparing the celebration of the birth of the child, Jesus. A short time ago, someone told me that he is taking classes in apologetics. I said it was good to study the teaching of the church. I asked, why are you studying apologetics? He replied, “To defend the Catholic faith when I visit non-Catholic relatives.”
I realize that many want to answer questions posed to us by people who do not love the Catholic faith, but be careful. The study of theology, morality, canon law, scripture, church documents, and social justice is important, but using these studies for a struggle with others does not serve the promotion of the Catholic faith to non-believers. Too many people are attracted to the apologetic method as a way to defend the faith. This is a wonderful time of the year to be with family, and in many of our families we have some members whose attachment to the Catholic Church is not strong. Some have entered faiths that disparage the Catholic faith. If you want peace in the family, do not answer their concerns in the form of apologetics. Understand that evangelization is much more than an explanation of doctrinal teaching.
Evangelization, a proclamation of hope in the promises of God
The Apostolic Exhortation, Evangelii Nuntiandi, describes evangelization as the explicit proclamation of the Gospel and our hope in the promises of God. Consider Pope Paul VI’s words:
- Evangelization … includes the preaching of hope in the promises made by God in the new Covenant in Jesus Christ; the preaching of God’s love for us and of our love for God; the preaching of brotherly love for all – the capacity of giving and forgiving, of self-denial, of helping one’s brother and sister – which, springing from the love of God, is the kernel of the Gospel; the preaching of the mystery of evil and of the active search for good. The preaching likewise – and this is always urgent – of the search for God Himself through prayer which is principally that of adoration and thanksgiving, but also through communion with the visible sign of the encounter with God which is the Church of Jesus Christ; and this communion in its turn is expressed by the application of those other signs of Christ living and acting in the Church which are the sacraments. To live the sacraments in this way, bringing their celebration to a true fullness, is not, as some would claim, to impede or to accept a distortion of evangelization: it is rather to complete it. For in its totality, evangelization – over and above the preaching of a message – consists in the implantation of the Church, which does not exist without the driving force which is the sacramental life culminating in the Eucharist.
- Evangelization would not be complete if it did not take account of the unceasing interplay of the Gospel and of man’s concrete life, both personal and social. This is why evangelization involves an explicit message, adapted to the different situations constantly being realized, about the rights and duties of every human being, about family life without which personal growth and development is hardly possible, about life in society, about international life, peace, justice and development- a message especially energetic today about liberation.
“Glory to God in the highest and
on earth peace to those on whom his favor rests.”
As for answering questions at our celebrations of Christmas with family members who may not be active in the Catholic faith, please put the apologetics to the side. Love them with all your hearts and let them see in you the wonder of the shepherds as they heard the angels announce, “Peace on Earth.”
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.