Migration: A Way of the Cross / Migración: Una Vía Crucis
Migración: Una Vía Crucis
Cuando comenzamos nuestro estudio de la migración, visitamos a la Hna. Magdalena. Coordina la red del ministerio de la movilidad humana en México. Nos contó de su viaje con migrantes desde la frontera sur de México hasta la frontera norte antes de que estos grupos fueran llamados ‘caravanas’. Su camino con los migrantes comenzó el Miércoles de Ceniza y finalizó después de la Pascua. Llamó a la experiencia, el Vía Crucis. Hablamos con ella durante más de tres horas y se sintió como treinta minutos. Ella habló de transformación. Hubo una conexión espiritual con las personas con las que viajó en ‘La Bestia’.
Nuestras visitas a los migrantes y sus cuidadores es una experiencia transformadora. Tuvimos cuidado de respetar la privacidad de los migrantes. Evitamos tomar fotos de los migrantes y sus compañeros para respetar su viaje. Solo tomamos fotos de los cuidadores y los sitios de su ministerio con su permiso. Escuchamos las historias de migrantes en entornos informales, y nuestras preguntas fueron abiertas para permitir que las personas compartiesen solo lo que se sentían cómodos compartiendo.
Después de visitar a los migrantes y sus cuidadores, escuchamos historias de transformación basadas tanto en los cruces experimentados como en las amistades y relaciones de confianza formadas en el viaje. Muchos de los migrantes contaron que abandonaron sus hogares semanas, meses e incluso años antes de llegar a la frontera. El Vía Crucis del migrante trae perspectiva a los migrantes sobre la cautela, el miedo, la confianza y el cuidarse unos a otros. Un ejemplo de las amistades de los migrantes que se encuentran en el paso por México lo relatan cinco jóvenes que se juntaron montando en La Bestia. Uno era de Honduras, uno de Nicaragua, dos de Salvador y uno de Guatemala. Se cuidaron unos a otros y contaron que protegieron a varias mujeres y niños de los pandieros en el viaje.
Nuestras visitas a los migrantes no nos expusieron a los peligros que enfrentan los migrantes, pero fueron transformadores al escuchar sus historias. Disfruté más los momentos en los que podía relajarme a la sombra de un refugio y escuchar a personas o familias hablar sobre sus experiencias desde que decidieron abandonar sus hogares. En momentos de tanta inseguridad, me asombró la confianza que depositaron en nosotros. Mi experiencia de transformación está en mi propia gratitud de que tantos migrantes confiarán en una persona religiosa, especialmente en un sacerdote en medio de su propio dolor y sufrimiento. Que Dios esté con los que tanto confiaron en nosotros.
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Migration: A Way of the Cross
When we began our study of migration, we visited with Sr. Magdalena. She coordinates the network of the ministry for the movement of humanity in Mexico. She told us about her journey with migrants from the southern border of Mexico to the northern border before such groups were called ‘caravans’. Her journey with migrants began on Ash Wednesday and was completed after Easter. She called the experience, the Way of the Cross. We spoke with her for over three hours and it felt like 30 minutes. She spoke of transformation on the journey. There was a spiritual connection made with people with whom she rode ‘La Bestia’ (the train / the Beast).
Our visits with migrants and their care givers is a transforming experience. We were careful to respect the privacy of the migrants. We avoided taking pictures of the migrants and their companions to respect their journey. We only took pictures of the caregivers and their ministry sites with their permission. We heard the stories of migrants in informal settings, and our questions were open-ended to allow people to share only what they felt comfortable sharing.
After visiting migrants and their caregivers, we heard stories of transformation based on both the crosses experienced and the friendships and trusting relationships formed on the journey. Many of the migrants told of leaving their homes weeks, months and even years before arriving at the border. The migrant Way of the Cross brings perspective to the migrants on caution, fear, trust and taking care of one another. An example of the friendships of migrants meeting on the way through Mexico was told by five young men who came together riding La Bestia. One was from Honduras, one from Nicaragua, two from Salvador and one from Guatemala. They took care of each other, and told of protecting several women and children from troublemakers on the journey.
Our visits with migrants did not expose us to the dangers faced by the migrants, but it was transforming as we listened to their stories. I enjoyed most the times when I could relax in the shade of a shelter and listen to individuals or families talk about their experiences since they decided to leave their homes. In moments of so much insecurity, I was awed by the trust they placed in us. My experience of transformation is in my own gratitude that so many migrants will trust a religious person, especially a priest in the midst of their own grief and suffering. May God be with those who confided so much in us.
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.