“Mi reino no es de este mundo” – “My kingdom does not belong to this world”
“Mi reino no es de este mundo”.
Nuestro año litúrgico termina con un mensaje de esperanza en tiempos difíciles. Las lecturas de la semana pasada se encuentran entre los textos más difíciles de considerar mientras hablan del fin del mundo. Hay una realización en esas lecturas de los fieles que sufren. Hoy, mientras el evangelio recuerda a Jesús hablando con Pilato cuando fue condenado a morir en la cruz, su mensaje es de triunfo: “Mi reino no es de este mundo”. El año pasado, en esta fiesta, escuchamos que somos juzgados por cómo tratamos a Cristo. “Cuando tenía hambre, me diste de comer, cuando tenía sed …” Este año, se nos recuerda que el Reino de Cristo no es como la política del mundo de hoy. La división, la falta de compasión por los pobres, el juicio de nuestro prójimo que divide a las naciones, las familias y nuestra iglesia no son el camino del reino de Jesús. Terminamos nuestro año con el grito confiado: “¡Viva Cristo Rey!”
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“My kingdom does not belong to this world”
Our liturgical year ends with a message of hope in difficult times. Last week’s readings are among the more difficult texts to consider as they speak to the end times. There is a realization in those readings of the suffering faithful people. Today, while the gospel recalls Jesus speaking with Pilate as he has been condemned to die on the cross, his message is one of triumph, “My kingdom does not belong to this world.” Last year, on this feast we heard that we are judged by how we treat Christ. “When I was hungry, you gave me to eat, when I was thirsty….” This year, we are reminded that the Kingdom of Christ is not like the politics of our world today. The division, the lack of compassion for the poor, the judgment of our neighbors that divides nations, families and our church are not the way of Jesus’ kingdom. We end our year, with the confident cry, “Long live Christ the King!” “Viva Cristo Rey.”
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Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.