Listen to the poor / Escucha a los pobres
Escucha a los pobres
Ayer escribí sobre una familia que educaba en casa a sus hijos para recibir los sacramentos. El párroco aceptó a los niños para los sacramentos y los elogió por tomar en serio su “responsabilidad de formar a sus hijos en la fe”. Era una familia conocida y activa en la parroquia.
Mientras predicaba en una misión parroquial en Arkansas, una familia invitó a cenar a nuestro equipo misionero y la madre preguntó: “Padre, ¿por qué nuestro hijo Carlos no puede recibir su Primera Comunión?” Le pedí que me explicara. Ella dijo: “En nuestra parroquia, la educación religiosa se lleva a cabo una hora antes de la Misa. Solo podemos asistir a Misa una vez al mes. Vivimos a doce millas de la ciudad. Mi esposo solo tiene un domingo libre al mes. Solo tenemos un coche y yo no conduzco. Asistimos a misa un domingo al mes. La catequista dice que Carlos no ha asistido a suficientes clases para recibir la Eucaristía. Pero, Carlos está listo”. Le pedí que continuara. Ella dijo: “En México, yo era catequista. Los domingos que no podemos ir a misa, después del desayuno rezo el rosario con Carlitos (9) y Lupita (6). Después del rosario, les enseño usando un catecismo de México.”
Hablé con Carlos sobre la Eucaristía y su madre preparó a su hijo bien. Cuando el pastor escuchó la historia, respondió bien, diciendo: “Es maravilloso que ella esté educando a Carlos en casa. Por supuesto, lo agregaremos a la clase de Primera Comunión”.
En ambos ejemplos de ayer y hoy, los pastores agradecieron a los padres que preparaban a sus hijos en sus hogares. Felicitamos a los padres que toman en serio la responsabilidad de criar a sus hijos en la fe. La diferencia era, la familia pobre no era tan conocida en la parroquia. Después de muchos años trabajando con los pobres, la fe de los pobres no es una sorpresa. Cuando una familia pobre pide la Primera Comunión para sus hijos, denles la cortesía de mostrar su fe.
“La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe.” (EG. 200)
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Listen to the poor
Yesterday, I wrote about a family who homeschooled their children for reception of sacraments. The pastor accepted the children for the sacraments and praised them for taking seriously their “responsibility for training their children in the faith.” It was a family known and active in the parish.
While preaching a parish mission in Arkansas, a family invited our mission team for dinner and the mother asked, “Padre, why can´t our son Carlos receive his First Communion?” I asked her to explain. She said, “At our parish, religious education takes place an hour before Mass. We are only able to attend Mass once a month. We live twelve miles out of town. My husband only gets one Sunday a month off work. We only have one car and I do not drive. We attend Mass one Sunday a month. The catechist says that Carlos has not attended enough classes to receive Eucharist. But, Padre, he is ready.” I asked her to continue. She said, “In Mexico, I was a catechist. On the Sundays when we cannot go to Mass, after breakfast I pray the rosary with Carlos (9) and Lupita (6). After the rosary, I teach them using a catechism from Mexico.”
I talked with Carlos about the Eucharist and his mother did an excellent job preparing him. When the pastor heard the story, he responded well, saying, “That is wonderful that she is home schooling Carlos. Of course, we will have him added to the First Communion class.”
In both examples from yesterday and today, the pastors thanked the parents who were preparing their children in their homes. We congratulate parents who take seriously the responsibility of raising their children in the faith. The difference was that the poor family was not so well known in the parish. After many years working with the poor, the faith of the poor is not a surprise. When a poor family requests First Communion for their children, give them the courtesy to show their faith.
“The great majority of the poor have a special openness to the faith.” (EG. 200)
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.
