Listen to the parents / Escucha a los padres
Escucha a los padres
Una pareja le dijo a un sacerdote: “Queremos que nuestra hija reciba su Primera Comunión”. El sacerdote dijo: “Puede llamar a nuestro director de educación religiosa en la parroquia para inscribirla en clases para la Primera Eucaristía”. La pareja dijo: “Nosotros no pedimos clases, queremos que nuestra hija reciba su Primera Comunión”. El sacerdote comenzó de nuevo: “Puedes llamar…” La pareja lo detuvo y dijo: “Ella está lista para recibir su Primera Comunión”. Antes de que el sacerdote pudiera responder, la madre dijo: “Ni siquiera sabes su nombre, su edad ni nada sobre ella. No sabes nada de nosotros como padres y cómo practicamos la fe católica. ¿Cómo puedes suponer que ella necesita una clase para prepararla para la Primera Comunión”?
El Código de Derecho Canónico dice: “Los ministros sagrados no pueden negar los sacramentos a quienes los pidan de modo oportuno”. (Canon 843)
El párroco tiene el deber de saber que la persona esté debidamente preparada para recibir el sacramento. Es comprensible que las parroquias establezcan programas para ayudar a los niños a conocer la fe católica y comprender el sacramento que están a punto de recibir. Hoy gente se muda de un lugar a otro a medida que comienzan sus carreras y tienen su familia. Cuando una persona le pide a un párroco o al personal de la parroquia que un niño reciba la gracia de los sacramentos, la parroquia necesita información antes de establecer lo que el niño y la familia deben hacer para recibir la gracia de los sacramentos.
Los padres informaron al sacerdote que están educando a sus hijos en casa para sus clases de religión. Los niños asisten a escuelas públicas, pero debido al empleo del marido, se ha mudado cuatro veces en ocho años. Los esposos decidieron que enseñarían a sus hijos los caminos de la fe y ahora su hija estaba lista para la Primera Comunión. El sacerdote se disculpó, se sentó con ellos y se dio cuenta de que esta pareja tomó en serio lo que prometieron en los bautizos de sus hijos. Aceptaron la “responsabilidad de formar a sus hijos en la práctica de la fe”. Después de hacerle un par de preguntas al niño, el párroco preguntó a los padres en qué fecha querían que su hija recibiera la Eucaristía. Dos semanas después, recibió la Eucaristía.
Este caso fue para una familia con medios, educación y suficiente confianza en su conocimiento y práctica de la fe que el pastor respondió bien. Mañana, consideraremos una circunstancia con una familia de menores recursos y educación formal.
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Listen to the parents
A couple said to a priest: “We want our daughter to receive her First Communion.” The priest said, “You can call our director of religious education at the parish to enroll her in classes for First Eucharist.” The couple said, “We did not ask for classes, we want our daughter to receive her First Communion.” The priest began again, “You can call…” The couple stopped him and said, “She is ready to receive her First Communion.” Before the priest could respond, the mother said, “You do not even know her name, her age, or anything about her. You know nothing about us as parents and how we practice the Catholic faith. How can you assume that she needs a class to prepare her for First Eucharist”?
The Code of Canon law says: “The sacred ministers cannot refuse the sacraments to those who ask for them at appropriate times.” (Canon 843)
The pastor has the duty to see that the person is properly prepared to receive the sacrament. It is understandable that parishes establish programs to help children know the Catholic faith and understand the sacrament that they are about to receive. Today, people move from place to place as they get started on careers and having their family. When a person asks a pastor or parish staff person for a child to receive the grace of sacrament, the parish needs information before setting what a child and family must do to receive the grace of sacraments.
The parents informed the priest that they are homeschooling their children for their religion classes. The children attend public schools, but on account of the husband’s employment, he has moved four times in eight years. The husband and wife decided that they would teach their children the ways of faith and now their daughter was ready for First Eucharist. The priest apologized, sat with them and realized that this couple took to heart what they promised at the baptisms of their children. They accepted the “responsibility of training their children in the practice of the faith.” After asking the child a couple of questions, the pastor asked the parents what date they wanted their child to receive the Eucharist. Two weeks later, she received the Eucharist.
This case was for a family with means, education and enough confidence in their knowledge and practice of the faith that the pastor responded well. Tomorrow, we will consider a circumstance with a family of lesser means and formal education.
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.