Let God be the judge / Deja que Dios sea el juez
Deja que Dios sea el juez
El fin de semana vi un cartel que preguntaba: “¿Vas al cielo o al infierno?”. Representa un sentimiento religioso que no entiendo. Evoca la imagen de un Dios al que temer, o al menos un fin de la vida al que temer. Mi respuesta a la pregunta es: “No me importa”. No es el final de la vida lo que me preocupa. No puedo imaginarme tener miedo del juicio de Jesús y no creo que Jesús sea un juez en absoluto. Cuando la madre de Santiago y Juan pidió que sus hijos estuvieran a su derecha y a su izquierda en el Reino, Jesús dijo que no le correspondía a él decidir quién estaría a su derecha o a su izquierda. Caminó con los pecadores, no como su juez, sino que caminó con los pecadores, tratándolos como hijos de Dios.
Así como temer el juicio de Dios Padre, ¿cómo podemos temer a un padre que acoge a su hijo pródigo, lo abraza, le dice a los sirvientes que le calcen sandalias, lo vistan y mata el becerro gordo para celebrar al hijo que estuvo muerto (en pecado) regresando vivo. El miedo y la vergüenza pueden provocar un cambio temporal en el hijo descarriado, pero la verdadera gracia se encuentra en la misericordia.
El cielo no es la recompensa por una buena vida. Nuestra vida es buena porque Dios miró toda su creación y la llamó “buena”. El objetivo en la vida es ser la mejor versión de nosotros mismos que podamos ser. No es la perfección lo que hace a uno santo, ni siquiera la búsqueda de la perfección. Es buscar el bien, sabiendo que lo mejor no está en los resultados sino en la búsqueda del bien.
“Señor, ayúdame a ser la mejor versión de mí mismo que pueda ser”.
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Let God be the judge
Over the weekend, I saw a billboard that asked: “Are you going to heaven or to hell?” It represents a religious sentiment that I do not understand. It conjures an image of a God to be feared, or at least an end of life to be feared. My answer to the question is, “I don’t care.” It is not the end of life that concerns me. I can´t imagine being afraid of Jesus’ judgement and do not think of Jesus being a judge at all. When the mother of James and John asked that her sons be at his right and his left in the Kingdom, Jesus said that it was not for him to decide who would be on his right or his left. He walked with sinners, not as their judge, but he walked with the sinners, treating them as children of God.
Even as for fearing the judgement of God the Father, how can we fear a father who welcomes his prodigal son, hugging his son, telling the servants to put sandals on his feet, cloth him and kills the fatted calf to celebrate the son who was dead (in sin) returning alive. Fear and shame may bring about a temporary change in the wayward son, but true grace is found in mercy.
Heaven is not the reward for a good life. Our life is good as God looked at all of his creation and called it “good”. The goal in life is to be the best version of ourselves that we can be. It is not perfection that makes one holy, or even the pursuit of perfection. It is seeking good, knowing that better is not in the results but in the pursuit of goodness.
“Lord, help me be the best version of myself that I can be.”
Donations for Redemptorist Migrant Ministry
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Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.