Consider the migrant worker / Consideremos al trabajador migrante
Consideremos al trabajador migrante
Entiendo que mucha gente no presta mucha atención a quienes siguen las necesidades laborales en la agricultura, la construcción, la producción de energía y muchas ocupaciones de personas que pasan días y semanas lejos de sus hogares y familias. En mis viajes como misionero, me he alojado en algunos moteles modestos que no son centros de negocios o conferencias. Muchos de los clientes son trabajadores itinerantes, muchos con camionetas que identifican el trabajo en diversas obras laborales de la América rural. Los trabajadores son en su mayoría hombres, que no viajan con sus familias. En los restaurantes mexicanos de las comunidades rurales, no es difícil identificar al trabajador migrante o itinerante.
Me esfuerzo por presentarme a los trabajadores hispanos cuando viajo. Algunos se quedan en pueblos pequeños durante una semana o más, y luego se van a otro trabajo. Algunos trabajan en granjas o en sitios de construcción. Trabajan en agricultura, techado, paisajismo, construcción de granjas, irrigación o producción de energía. Hay grandes proyectos de construcción para escuelas, grandes corporaciones y proyectos gubernamentales. La fuerza laboral móvil en los Estados Unidos es mucho más compleja que imaginar que los migrantes se dedican solo o principalmente a la agricultura.
Un ejemplo: conocí a tres hombres en un restaurante. Estaban haciendo jardinería para un complejo de viviendas. Trabajarían en esa ciudad durante tres semanas. Volverían a sus ciudades de origen, a unos 400 kilómetros de distancia, para pasar dos días con sus familias y luego tendrían otro trabajo en otra ciudad. Me dijeron que ven a sus familias unos cinco o seis días al mes. Explicaron que hay menos trabajo en el invierno, pero que rara vez pasan mucho tiempo sin trabajar.
Al trabajar con trabajadores agrícolas, hay ciertas épocas del año en las que es posible identificar ventanas de oportunidad para ofrecer momentos de evangelización para los trabajadores y sus familias. Siempre les digo a las personas que participan en el ministerio de trabajadores agrícolas que escuchen a la gente para discernir cuándo hay momentos de gracia. Cuando viajo y me encuentro con otras personas cuyo trabajo implica muchos viajes, escuchar a la gente es de gran importancia, pero a menudo es difícil identificar formas de involucrar a una multitud tan diversa de trabajadores temporales. ¿Cuantas de esas familias falta atención espiritual por la movilidad de su trabajo?
Nosotros, los que estamos en el ministerio, debemos reconocer a todos los trabajadores móviles, no solo a aquellos que se identifican fácilmente. Los años que he pasado con los campesinos y sus familias sólo reconocía una pequeña parte de los trabajadores móviles de los Estados Unidos. Necesitamos estar abiertos a todos los trabajadores migrantes y temporeros y sus familias.
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Consider the migrant worker
I understand that many people take little notice of people who follow labor needs in agriculture, construction, energy production, and many occupations of people who spend days and weeks away from their homes and families. In my travels as missionary, I have stayed in many modest hotels that are not business or conference centers. Many of the patrons are traveling workers; many with pick-up trucks identifying work in various labor needs of rural America. The workers are mostly men, not traveling with their families. In Mexican restaurants in rural communities, it is not difficult to identify the migrant or travelling laborer.
I make a point of introducing myself to Hispanic workers as I travel. Some are staying in small towns for a week or more, and then they move on to another job. Some are working on farms or construction sites. They work in agriculture, roofing, landscaping, doing farm construction, irrigation or energy production. There are large building projects for schools, large corporations, and government projects. The mobile workforce in the United States is far more complex that imaging that migrants are only or even primarily engaged in agriculture.
An example: I met three men in a restaurant. They were doing landscaping for a housing development. They would work in that town for three weeks. They would return to their hometowns, about 250 miles away to spend two days with their families and then they had another job lined up in another town. They told me that they see their families for about five or six days a month. They explained that work slowed down in the winter, but that they rarely had a long time without work.
Working with agricultural workers, there are certain times of the year when it is possible to identify windows of opportunity to offer moments of evangelization for the workers and their families. I always tell people engaged in farmworker ministry to listen to the people in order to discern when there are moments of grace. As I travel and meet others whose work involves a great deal of travel, listening to the people is of great importance, but often it is hard to identify ways to engage such a diverse crowd of temporary workers. How many of these families lack spiritual attention on account of the mobility of their labor?
We, who are in ministry, need to recognize all mobile laborers, not just those easily identified. My years with migrant agricultural workers and their families, only recognizes a small portion of the mobile workers of the United States. We need to be open to all migrant and seasonal workers and their families.
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Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.