Abraham, an example of faith / Abraham, un ejemplo de fe
Abraham, un ejemplo de fe
Considere la primera lectura de la misa del 5 de marzo:
Dios le dijo a Abraham: “Deja tu país, a tu parentela y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te mostraré.” y “Abram partió, como se lo había ordenado el Señor.“
Cuando Abraham dejó su tierra natal, confió en que Dios estaba con él. No estaba seguro de adónde tenía que ir. Sería un lugar mejor para él, un lugar donde su pueblo se convertiría en una “gran nación”. Fue honrado “un arameo errante”. (Dt. 26, 5) Salió a descubrir una “tierra prometida”. Su salida se celebra en la tradición judía y cristiana. Fue un buen hombre cuyo camino de fe inspira a todas las personas de fe judeocristiana. No construyó templos ni santuarios duraderos. Es el ejemplo de la movilidad de los fieles.
Considere el Evangelio del día:
Pedro quería construir un santuario para recordar lo que vieron los Apóstoles en la montaña. Cuando Dios habló, los Apóstoles reconocieron la relación entre Jesús y Dios. No era el lugar lo que era tan importante como la persona, Jesús, a quien tenían que seguir.
Vamos “adelante”:
Se dedicó una iglesia muy grande. Su gran arquitectura y múltiples escenarios para que una parroquia rinda culto, ofrezca clases, brinde salas para reunirse y celebrar la fe, crea un monumento para “ven aquí” y serás renovado en la fe. Por favor comprenda que hay un lugar para santuarios, altares y monumentos a la fe, pero nuestra temporada de Cuaresma nos llama a recordar y celebrar el movimiento de las personas de fe.
Somos evangelizadas por personas que avanzan en el camino de la fe. Así como Abraham era el arameo errante, los emigrantes de hoy son la buena gente de la tierra en busca de su “tierra prometida”.
Ayer, junto con los voluntarios del CMFN, me encontré con quince hombres que venían de trabajar todo el día en el campo. Estoy seguro de que estaban cansados, listos para tomar un descanso, pero cada uno pasó la siguiente media hora contándonos sus esperanzas y sueños. Eran buenos hombres trabajadores que se esforzaban por cuidar de sus familias, la mayoría de las cuales no están en los Estados Unidos. Ellos son los que salen con la confianza de que están haciendo el bien y manteniendo a sus familias. Ninguno de los hombres está aquí por sí mismo. Cada uno habló de sus seres queridos con los que no pueden estar en este momento. Su camino de Cuaresma es creer en el valor de su trabajo.
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Abraham, an example of faith
Consider the first reading for Mass on March 5:
God said to Abraham, “Go forth from the land of your kinsfolk and from your father’s house to a land that I will show you.” And, “Abraham went as the Lord directed him.”
When Abraham left his homeland, he trusted that God was with him. He was uncertain of where he was to go. It would be a better place for him, a place where his people would become a “great nation”. He was called “a wandering Aramean”. (Dt. 26: 5) He went forth to discover a “promised land”. His going forth is celebrated in Jewish and Christian tradition. He was a good man whose journey of faith inspires all people of Judeo-Christian faith. He built no temples or lasting shrines. He is the example of the mobility of faithful people.
Consider the Gospel of the day:
Peter wanted to build a shrine to remember what the Apostles saw on the mountainside. When God spoke, the Apostles recognized the relationship between Jesus and God. It was not the place that was so important as the person, Jesus, whom they needed to follow.
Let us “go forth”:
A very large church was dedicated. Its grand architecture and multiple settings for a parish to give worship, offer classes, provide rooms for gathering and celebrating faith, creates a monument to “come here” and you will be refreshed in faith. Please understand that there is a place for sanctuaries, shrines and monuments to faith, but our Lenten season calls on us to remember and celebrate the movement of people of faith.
People are evangelized by people moving forward on the path of faith. As Abraham was the wandering Aramean, today’s migrants are the good people of the earth searching for their “promised land”.
Yesterday, along with CMFN volunteers, I met fifteen men coming in from working all day in the fields. I am certain that they were tired, ready to take a break, but each one spent the next half hour telling us of their hopes and dreams. They were hardworking good men striving to care for their families, most of whom are not in the United States. They are the ones who go forth with confidence that they are doing good and providing for their families. None of the men are here for themselves. Each spoke of their loved ones whom they are unable to be with at this time. Their Lenten journey is believing in the value of their labor.
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.