About Catechesis / Sobre Catequesis
Sobre catequesis
Mi primera experiencia enseñando a niños fue en el otoño de 1965. Era seminarista en mi primer año de universidad. Como parte de nuestra formación, todos enseñamos en programas religiosas en Janesville, Wisconsin. Enseñé el viernes por la tarde. Los niños vinieron a la iglesia para sus clases después de sus clases en la escuela pública. Imagínese enseñar a los niños después de que terminaron las clases el viernes. Había 42 alumnos de quinto grado en mi primera clase.
En ese momento, nuestro programa presentaba catequesis para niños en cada nivel de grado desde primer grado hasta alumnos de la secundaria. Los niños que se preparaban para la Primera Eucaristía y la Confirmación no tenían clases especiales fuera de las clases de su nivel de grado. La mayoría de los niños recibieron la Primera Eucaristía al final del segundo grado. Los alumnos de quinto y sexto grado recibieron la Confirmación.
La práctica de tener programas específicamente para preparar a los niños para los sacramentos comenzó en la década de 1970. Los programas sacramentales pretendían mejorar la comprensión y apreciación sacramental por parte de los estudiantes. A medida que los programas sacramentales recibieron más atención, los programas tradicionales ofrecidos a los niveles de grado de los estudiantes recibieron menos atención. A principios de la década de 1980 hubo menos participación de los jóvenes en los programas ordinarios de catequesis.
A medida que menos estudiantes participaban en los programas de nivel de grado, los educadores religiosos comenzaron a exigir que más preparación para los sacramentos asistieran y por más largo tiempo. El entendimiento común de lo que era necesario para recibir la gracia del sacramento se ató a la doctrina más que a la fe.
Como joven sacerdote, estaba a cargo de un programa parroquial de Confirmación. Tuvimos clases durante un año para jóvenes de secundaria que se preparaban para el sacramento. Requerimos que los estudiantes asistieran a clases durante un año escolar. Queríamos que hicieran 15 horas de servicio comunitario y tuvimos un retiro de un día para la clase. Después de la ceremonia de Confirmación, observamos que rara vez veíamos a los jóvenes recién confirmados asistir a Misa. Revisamos el programa, requiriendo dos años de clases, un retiro de fin de semana y más horas de servicio. Después de la Confirmación, ¿Los recién confirmados participaron más en la Iglesia? No. ¿Reevaluamos nuestros programas? No.
(Mañana: Calidad, no cantidad)
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
About Catechesis
My first experience of teaching children was in the Fall of 1965. I was a seminarian in my first year of college. As part of our formation, all of us taught in CCD programs in Janesville, Wisconsin. I taught on Friday afternoon. The children came to the church for their classes after their classes at the public school. Imagine teaching children after they finished classes on Friday. My first class was with 42 fifth graders.
At that time, our program presented catechism for children at each grade level from first grade to Seniors in high school. The children preparing for First Eucharist and Confirmation did not have special classes outside of their grade level classes. Most children received First Eucharist at the end of second grade. The students in fifth and sixth grade received Confirmation.
The practice of having programs specifically to prepare children for the sacraments began in the 1970’s. The sacramental programs meant to improve sacramental understanding and appreciation by the students. As the sacramental programs received more attention, the traditional programs offered to grade levels of students received less attention. By the early 1980’s there became less participation of youth in the ordinary catechetical programs.
As less students took part in grade level programs, religious educators began to require those preparing for sacraments to attend longer catechetical programs. The common understanding of what was necessary to receive the grace of sacrament became tied to doctrine rather than to faith.
As a young priest, I was in charge of a parish Confirmation program. We had classes for one year for high school youth preparing for the sacrament. We required the students to classes for one school year. We wanted them to do 15 hours of community service and we had a one-day retreat for the class. After the Confirmation ceremony, we observed that we seldom saw the newly confirmed youth attending Mass. We revised the program, requiring two years of classes, a weekend retreat and more service hours. After the Confirmations, did the newly confirmed participate more in the Church? No. Did we reevaluate our programs? No.
(Tomorrow: Quality, not quantity)
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.