To evangelize those on the margins – Para evangelizar a los marginados
Para evangelizar a los marginados
El Papa Francisco nos anima a evangelizar a los marginados de la sociedad y la iglesia. Comienza con el reconocimiento de la comunidad marginada. Hay muchas razones por la gente que está en la periferia de la Iglesia. Cada uno tiene su propia historia única. Algunos han sido ofendidos dentro de la Iglesia. Algunos han sido ofendidos en el hogar y en la comunidad. Las personas de confianza los han desalentado. La pobreza, la crisis, la desesperación y las penurias han interrumpido el contacto con comunidades solidarias en la vida de muchos.
El Papa Francisco correctamente afirma que: No es por proselitismo que la Iglesia crece, sino “por atracción”. (EG. 15) Antes de hacer algo por los de la periferia, nuestro testimonio, como personas de fe, acoge a los marginados a la vida de fe. No es por el castigo que uno se motiva a tomar un papel activo en la vida católica. Jesús dijo que Dios quiere misericordia, no sacrificio. El papel de los padres, padrinos, catequistas, maestros, ministros de jóvenes, ministros laicos, religiosos o clérigos es atraer a los de la periferia a Jesús, Nuestro Señor y Salvador.
Uno de los mandatos más directos que Jesús dio a sus discípulos fue: “No juzguen”. (Mt. 7:1) Si bien lo dijo tan directamente, es tan común que sea parte de nuestra experiencia vivida en las comunidades de fe, que gastamos mucha energía y tiempo criticando a los demás. Parece que rara vez reflexionamos sobre el daño causado por nuestros juicios a los demás, especialmente a los pobres. Necesitamos reconocer al “otro” como hijo de Dios. Necesitamos honrarlos, respetarlos y tratarlos como hijos de Dios. Entonces los veremos queriendo ser parte de nuestras comunidades eclesiales.
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
To evangelize those on the margins
Pope Francis encourages us to evangelize those on the margins of society and the church. It begins with recognizing the marginalized community. There are many reasons people are on the periphery of the Church. Each has their own unique story. Some have been offended within the Church. Some have been offended in the home and in the community. People of trust have discouraged them. Poverty, crisis, desperation and hardships have interrupted contact with supportive communities in the lives of many.
Pope Francis correctly states that: It is not by proselytizing that the Church grows, but “by attraction”. (EG. 15) Before doing anything for those on the periphery, our witness, as people of faith, welcomes the marginalized to the life of faith. It is not by chastising that one is motivated to take an active role in Catholic life. Jesus said that God wants mercy, not sacrifice. The role of parent, godparent, catechist, teacher, youth minister, lay minister, religious or clergy is to attract those on the periphery to Jesus, Our Lord and Savior.
One of the most direct commands Jesus gave to his disciples was, “Do not judge.” (Mt. 7:1) While he said it so directly, it is so commonly part of our lived experience in faith communities, that we spend much energy and time criticizing others. We appear to seldom reflect on the damage done by our judgements of others, especially the poor. We need to recognize the “other” as a child of God. We need to honor them, respect them and treat them as children of God. Then we will see them wanting to be part of our church communities.
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.
