That all men are created equal / Que todos los hombres son creados iguales
Que todos los hombres son creados iguales
La Declaración de Independencia imagina una nación que “considera que estas verdades son evidentes por sí mismas: que todos los hombres son creados iguales”.
Esta misma verdad se afirma en “Declaración Dignitatis infinita sobre la dignidad humana” (Dicasterio para la Doctrina de la Fe, 2 de abril de 2024): “Una dignidad infinita, que se fundamenta inalienablemente en su propio ser, le corresponde a cada persona humana, más allá de toda circunstancia y en cualquier estado o situación en que se encuentre. Este principio, plenamente reconocible incluso por la sola razón, fundamenta la primacía de la persona humana y la protección de sus derechos.”
Sin embargo, nuestra nación no cumple con las verdades evidentes de la Declaración de Independencia y nuestra enseñanza católica sobre la dignidad humana. En la historia de los Estados Unidos, hemos vivido más en desacuerdo con las verdades evidentes de la declaración que en cumplimiento. El prejuicio y la xenofobia son las fuerzas impulsoras de la vida y la presidencia del presidente Trump.
Cada día, demuestra más crueldad que el día anterior. Parece que no hay control para su abuso de poder en el Congreso o el Senado. El poder judicial reconoce los abusos del presidente, pero se niega a penalizarlo por sus acciones inconstitucionales. Quiero ser optimista y tener esperanza, pero al considerar este momento de la historia, es difícil tener esperanza en este país. Hoy, las personas que ofrecen el mínimo acto de bondad a un refugiado, a un trabajador migrante, a un niño sin seguridad en su barrio o en su hogar, y a las personas desafortunadas de nuestra sociedad son consideradas antipatrióticas y culpables del crimen de creer en las verdades profesadas en la fundación de los Estados Unidos.
En tres semanas, la erosión de la decencia, la compasión y el respeto por todos hombres y mujeres no sólo pone en peligro personas de los Estados Unidos, sino a todo el mundo. Incluso si uno no es una persona particularmente religiosa, la base de una sociedad funcional comienza con la verdad. Negar la historia es una locura. No utilizar la experiencia y la ciencia para enfrentar los desafíos del clima, la salud, la psicología, la sociología y la ley, destruye la sociedad y pone en peligro a todo el mundo.
Estoy cansado de escuchar a hombres enojados, ricos y privilegiados desacreditando la ley y la dignidad humana de todas las personas. Nunca olviden que “todos los hombres (y mujeres) son creados iguales”. Y aún más importante, “Ámense unos a otros como yo los he amado” (Jn. 13:34).
***************************************
Para recibir “Camina con mi Pueblo, Una Vida en el ministerio de migración”, se puede realizar un pedido a través del siguiente enlace. Animo a todos a quienes pueda contactar, especialmente a los seguidores de Padre Migrante, CMFN, PCMRT, a que utilicen el código 25004 para obtener un 10% de descuento. Hay descuentos mayores para pedidos al por mayor.
https://www.liguori.org/walk-with-my-people-a-life-in-migration-ministry.html
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
That all men are created equal
The Declaration of Independence imagines a nation that “hold(s) these truths to be self-evident, that all men are created equal.”
This same truth is stated in “Declaration Dignitatis infinita on Human Dignity”. (Dicastery for the Doctrine of the Faith, April 2, 2024): “Every human person possesses an infinite dignity, inalienably grounded in his or her very being, which prevails in and beyond every circumstance, state, or situation the person may ever encounter. This principle, which is fully recognizable even by reason alone, underlies the primacy of the human person and the protection of human rights.”
Yet our nation is out of compliance with the self-evident truths of the Declaration of Independence and our Catholic teaching on Human Dignity. In the United States history, we have lived more out of compliance with the self-evident truths of the declaration than in compliance. Prejudice and xenophobia are the driving forces of President Trump’s life and presidency.
Every day, he demonstrates more cruelty than the day before. There appears to be no check to his abuse of power in the Congress or the Senate. The judiciary recognizes the abuses of the President, but refuses to penalize him for his unconstitutional actions. I want to be optimistic and hopeful, but as I consider this moment in history, it is difficult to be hopeful in the United States. Today, people offering the smallest act of kindness to a refugee, a migrant worker, a child without security in their barrio or even home, and to the unfortunate people of our society are considered unpatriotic and guilty of the crime of believing in the truths professed at the founding of the United States.
In three weeks, the erosion of decency, compassion and respect for each and every man and woman has endangered not only the United States, but all people. Even if one is not a particularly religious person, the foundation of a functioning society begins with truth. Denying history is folly. Failing to use experience and science to meet challenges of climate, health, psychology, sociology and law, break down society and endanger everyone.
I’m tired of listening to angry, rich, privileged men (mostly) discrediting law and human dignity of all people. Never forget “all men (and women) are created equal”. And even more importantly, “Love one another as I have loved you.” (Jn. 13:34)
**************************************
To receive “Walk with My People, a Life in Migration Ministry,” one can order through the following link. I encourage everyone whom I may reach, especially followers of Padre Migrante, CMFN, PCMRT, to use the code 25004 for a 10% discount. There are larger discounts for bulk orders.
https://www.liguori.org/walk-with-my-people-a-life-in-migration-ministry.html
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.