Padre Migrante letter to farm workers / Carta del Padre Migrante a los campesinos
Carta del Padre Migrante a los campesinos
Estoy agradecido por los campesinos que me permitieron caminar con ellos en su jornada de fe. Mi primera experiencia intensa con campesinos migrantes ocurrió en 1998 en The Dalles, Oregón, durante la cosecha de cerezas. Los dueños de las huertas me invitaron a celebrar misas en los campamentos de campesinos y a observar el pueblo de The Dalles cuando más de 6,000 trabajadores vienen a trabajar durante cuatro las semanas de la cosecha. Durante los siguientes doce años, regresé para la cosecha, ofreciendo el ministerio sacramental para los migrantes durante once años.
Después de dos veranos, me di cuenta de que era parte de las familias de los trabajadores de la cereza. Como en todas las áreas del ministerio, tuvimos que superar algunas de nuestras propias deficiencias. Cada año aprendía más y cada año acudían más personas a nuestros servicios. Un verano especial, pasé tiempo viviendo en un campamento en Stockton, recogiendo cerezas y caminando con campesinos migrantes. He trabajado en otras cosechas, pero nada que se compare con mis tres semanas en Stockton.
Realmente no sabía lo importante que era nuestro tiempo juntos hasta que fui a la casa del Señor Gil en Michoacán. Tan pronto como entré en la casa, sacó una pequeña cruz de plástico de debajo de su camiseta. Él dijo: “Padre, trabajé durante más de cuarenta años haciendo trabajo migrante en California, Oregón y Washington y nunca celebramos Misa en un campamento donde trabajé. Le diste esta cruz a los trabajadores en la Misa que ofreciste en nuestro campamento cada año. Dijo que ya no iba a trabajar a los EE. UU., pero que tenía tres cruces más en su cuarto en The Dalles. No había estado en los EE. UU. durante dos años, pero todavía llevaba nuestra medalla.
Estoy agradecido por todas las veces que celebramos juntos, y quiero que los campesinos de muchos lugares donde no he estado sepan cuánto los aman. Como son amados, transmitan ese amor a los demás, especialmente a sus familias. Dios bendiga a todos los trabajadores de nuestros campos.
Padre Migrante
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Padre Migrante letter to farm workers
I am grateful for the farm workers who allowed me to walk with them on their journey of faith. My first intense experience with migrant farm workers happened in 1998 in The Dalles, Oregon during the cherry harvest. I was invited to celebrate Masses in farmworker camps and to observe the town of The Dalles when over 6,000 workers come to work for four to six weeks in the cherry harvest. For the next twelve years, I returned for the cherry harvest, offering sacramental ministry for migrants for eleven years.
After a couple summers, I realized that I was part of the cherry workers families. As in all areas of ministry, we had to overcome some of our own shortcomings. Each year, I learned more and each year more people came to our services. One very special summer, I spent time living in a camp in Stockton, picking cherries and walking with migrant farm workers. I did some other harvest work, but nothing to compare with my three weeks in Stockton.
I really did not know how important our time together was until I went into the home of Señor Gil in Michoacan. As soon as I entered the home, he pulled a small plastic cross out from under his T-shirt. He said, “Padre, I worked for over forty years doing migrant work in California, Oregon and Washington and never had Mass in a camp where I worked. You gave this cross to workers at the Mass that you said in our camp each year. He said that he no longer went to the U.S. to work, but he had three more crosses in his from Masses in The Dalles. He had not been in the U.S. for two years, but he still wore our medal.
I am so grateful for all the times that we celebrated together, and I want farm workers from many places where I have not been to know how much you are loved. As you are loved, pass that love on to others, especially to you families. God bless all workers in our fields.
Padre Migrante
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.