No such thing as “ordinary” ministry / No hay un ministerio “ordinario”
No hay un ministerio “ordinario”
Mi dicho favorito que el Papa Juan Pablo II dijo en la reunión de obispos latinoamericanos en Haití, en 1983. Hablando de la “Nueva Evangelización”, dijo que debe ser “nueva en su ardor, nueva en sus métodos y nueva en su expresión”. El Papa Francisco nos dice que no nos sintamos cómodos en nuestras prácticas. Necesitamos resistir la actitud de que “siempre lo hemos hecho así”.
El ministerio de la Iglesia no puede volverse simplemente “ordinario” y rutinario. Formamos comunidades de fe para apoyarnos unos a otros en la fe, pero lo que se convierte en rutina siempre necesita renovación y nueva energía. El ministerio debe ser capaz de responder a situaciones cambiantes. Esto es especialmente cierto en la Iglesia de hoy. En un mundo de comunicación masiva y mensajería instantánea, existen desafíos para captar la atención de los jóvenes católicos.
Todo ministerio es extraordinario. Es fácil reconocer las condiciones en la vida agrícola que requieren un acercamiento creativo a los trabajadores cuyos horarios de trabajo limitan la participación de los trabajadores en los programas de educación religiosa. Sin embargo, muchos pastores no reconocen las necesidades extraordinarias de los jóvenes que participan en los deportes, el teatro, el trabajo y otras actividades de los jóvenes. A veces, una menor demanda del tiempo de los jóvenes para la preparación sacramental motiva a un joven a una mejor práctica de la fe católica.
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
No such thing as “ordinary” ministry
My favorite saying of Pope John Paul II was given at the gathering of Latin American bishops in Haiti, in 1983. In speaking about the “New Evangelization”, he said that it must be “new in its ardor, new in its methods and new in its expression.” Pope Francis tells us to not become comfortable in our practices. We need to resist the attitude that, “we have always done it this way.”
The ministry of the Church cannot become simply “ordinary” and routine. We form communities of faith to support one another in the faith, but what becomes routine always needs renewal and new energy. Ministry must be capable of responding to changing situations. This is especially true in the Church today. In a world of mass communication and instant messaging, there are challenges in gaining the attention of the Catholic faithful.
All ministry is extra-ordinary. It is easy to recognize conditions in agricultural life that necessitate creative outreach to workers whose work schedules limit the workers participation in religious education programs. Yet, many pastors fail to recognize the extra-ordinary needs for youth engaged in sports, drama, work and other activities of young people. Sometimes less demand on the time of youth for sacramental preparation, motivates a youth to better practice of the Catholic faith.
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.