Migrants on our border / Migrantes en la frontera
Migrantes en la frontera
CMFN es un comité bajo la dirección de la Oficina de Cuidado Pastoral para Migrantes, Refugiados y Viajeros de la Conferencia de Obispos de los Estados Unidos. Nuestra preocupación es la atención pastoral de los trabajadores agrícolas, especialmente de los migrantes e inmigrantes. Aprecio que la preocupación de nuestra nación por recibir migrantes, refugiados y trabajadores temporales sea difícil de entender y aceptar para muchos ciudadanos estadounidenses. La crisis migratoria global es real y está desafiando a todas las naciones estables del mundo. Ninguna nación se enfrenta sola a las preocupaciones globales, pero la respuesta internacional a la migración es inadecuada, y nuestra nación, que fue el faro de esperanza internacional para los migrantes, se tambalea en respuesta a los refugiados y solicitantes de asilo.
No hay respuestas fáciles para los migrantes que presionan en nuestras fronteras. Es difícil escuchar a los expertos hablar de los migrantes como objeto de sus opiniones políticas. ¿Quién se beneficia del odio? ¿Quién se beneficia del miedo? Son personas que decidieron que no estaban seguras, que no podían proporcionar comida, techo y esperanza a los migrantes. Los migrantes son buenos. Ya han sacrificado todo en sus vidas para buscar un refugio, un lugar de seguridad y esperanza.
Durante seis meses, el año pasado, visité a migrantes en su viaje hacia la frontera. Nunca conocí a una sola persona a quien temer. Nunca me sentí inseguro con un migrante. Había personas que representaban el miedo para mí, pero no eran los refugiados.
Entiendo que el conocimiento de la mayoría de los estadounidenses sobre los migrantes en nuestra frontera proviene de los medios de comunicación, informes de la patrulla fronteriza, funcionarios y políticos estadounidenses. Todas esas fuentes presentan a los migrantes como peligrosos, pandilleros, violentos y personas que explotarán a nuestra nación. Simplemente nunca conocí a esas personas peligrosas después de visitar más de treinta refugios y pasar seis meses viajando por la frontera de Matamoros a Tijuana. Sé que nuestra nación puede hacer más de lo que estamos haciendo actualmente por los migrantes de todo el mundo.
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Migrants on our border
CMFN is a committee under the direction of the Pastoral Care for Migrants, Refugees and Traveler Office of the United States Conference of Bishops. Our concern is the pastoral care of agricultural workers, especially migrants and immigrants. I appreciate that our nation’s concern about receiving migrants, refugees and seasonal workers is difficult for many U.S. citizens to understand and accept. The global migration crisis is real, and it is challenging all stable nations of the world. No one nation takes on the global concerns alone, but the international response to migration is inadequate, and our nation that was the international beacon of hope for migrants flounders in response to refugees and asylum seekers.
There are no easy answers to migrants pressing at our borders. It is difficult listening to pundits speaking about migrants as objects for their political opinions. Who benefits from hate? Who benefits from fear? They are people who decided that they were unsafe, unable to provide food, shelter and hope to their families. They are good people. They have already sacrifices everything in their lives to seek a refuge, a place of security and hope.
For six months, last year, I visited migrants on their journey to the border. I never met a single person to fear. I never felt unsafe with a migrant. There were people who represented fear for me, but they were not the refugees.
I understand that most Americans knowledge of migrants at our border comes from news media, reports from border patrol, U.S. officials and politicians. All those sources present migrants as dangerous, gang members, violent and people who will exploit our nation. I simply never met those dangerous people after visiting over thirty shelters and spending six months traveling the border from Matamoros to Tijuana. I know that our nation can do more than we are presently doing for migrants around the world.
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.