Learning from sports – Aprendiendo de los deportes
Aprendiendo de los deportes
Para fanáticos del deporte, COVID19 cambió nuestro mundo cuando en marzo de 2020 la NBA canceló su calendario. Como fanático de la Universidad de Creighton, el torneo del Big East paró el juego de Creighton y St. John’s en el medio tiempo. El juego fue suspendido. Antes de que terminara el día, se canceló el torneo de baloncesto de la NCAA. Pronto las ligas profesionales de atletismo se adaptaron a la pandemia, se ajustaron las temporadas, se jugaron partidos con imágenes de cartulina de los fanáticos, los equipos ajustaron las prácticas a los protocolos cambiantes para abordar el COVID. Para el otoño de 2021, un número limitado de fanáticos regresó a los estadios, pronto hubo estadios llenos y casi llenos. COVID continuó impactando el mundo del deporte, pero los juegos continuaron.
Confieso que soy aficionado a los deportes. Cuando había periódicos — (me extrañan los viejos tiempos) — siempre leí primero la página de deportes. Miro y escucho juegos en la radio cuando puedo. En los últimos meses, se han jugado juegos, algunos se cancelaron o pospusieron, y es obvio que el mundo del deporte se ve desafiado por la persistencia de COVID. Los entrenadores, jugadores y aficionados cambian las expectativas todos los días. Los analistas de los juegos hablan interminablemente sobre los ajustes que hacen los equipos en la preparación y ejecución del juego para superar las limitaciones causadas por la pandemia. “El campeón será el equipo que mejor maneje las limitaciones” que surgen de COVID. Alguna forma de esa declaración proviene de entrenadores, analistas y jugadores de todos los deportes.
¿Qué pueden enseñar los deportes a la pastoral migrante e inmigrante?
Hemos hecho muchas adaptaciones en las formas en que adoramos, incluida la limitación de la participación en la misa. En climas con condiciones climáticas favorables, muchas comunidades celebraron misas al aire libre. Educación religiosa se adaptó a los protocolos diocesanos para ofrecer programas de forma segura a participantes, profesores y voluntarios. En los primeros días de la pandemia, las reglas y requisitos para los programas de preparación sacramental se relajaron en muchas parroquias. A medida que las condiciones parecían mejorar, algunos líderes religiosos buscan restablecer las reglas y obligaciones pre-pandemia para los fieles.
El Papa Francisco dijo en la Alegría del Evangelio: “La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo criterio pastoral del «siempre se ha hecho así». Invito a todos a ser audaces y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las propias comunidades.” (EG. 33)
Los deportistas se dieron cuenta de que, gracias a COVID, necesitaban adaptar el entrenamiento, la planificación, la programación y la práctica de sus juegos. No podían permitirse el lujo de intentar hacer las cosas como siempre lo hacían. Algunas de sus nuevas prácticas pueden continuar después de que la pandemia nos libere. Han descubierto que algunas de las nuevas prácticas pueden ser mejores que las prácticas anteriores.
Ojalá los líderes religiosos “sean audaces y creativos en la tarea de repensar objetivos, estructuras, estilo y métodos de evangelización” como recomienda el Papa Francisco. El llamado a la audacia y la creatividad también fue llamado por el Papa Juan Pablo II en su discurso a los obispos de América Latina en 1983 cuando dijo que la evangelización tenía que ser “nueva en su ardor, en sus métodos y en su expresión”.
Que seamos creativos al adaptar nuestra educación religiosa y administración sacramental a las necesidades de nuestro tiempo.
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Learning from sports
For many sports fans, COVID19 rocked our world when in March 2020 the NBA canceled its season. As a fan of Creighton University, the Big East tournament was going on and the Creighton vs. St. John’s game went to the locker room at half-time. The game was suspended. Before the day was over the NCAA basketball tournament was canceled. Soon professional leagues in athletics adapted to the pandemic, seasons were adjusted, games were played with cardboard images of fans, teams adjusted practices to changing protocols to address COVID. By the Fall of 2021, limited numbers of fans came back to stadiums, soon there were full and nearly full stadiums. COVID continued to impact the sports world, but the games went on.
I confess that I am a fan of sports. When there were newspapers — (I long for the good old days) — I always read the sports page first. I watch and listen to games on radio when I can. In the past couple months, there are games being played, some are canceled or postponed, and it is obvious that the sports world is challenged by the lingering of COVID. Coaches, players and fans are changing expectations every day. Analysts of the games talk endlessly about the adjustments that teams make in game preparation and execution to overcome limitations that have been caused by the pandemic. “The champion will be the team that best handles the limitations” that come from COVID. Some form of that statement comes from coaches, analysts and players in all sports.
What can sports teach migrant and immigrant ministry?
We have made many adaptations in ways that we worship, including limiting participation at Mass. In climates with accommodating weather conditions, many communities celebrated Masses outdoors. Religious education adapted to diocesan protocols to offer programs safely for participants, teachers and volunteers. In the early days of the pandemic, rules and requirements for sacramental preparation programs were relaxed in many parishes. As conditions appeared to improve, some religious leaders seek to reestablish pre-pandemic rules and obligations on the faithful.
Pope Francis said in the Joy of the Gospel, “Pastoral ministry in a missionary key seeks to abandon the complacent attitude that says: “We have always done it this way”. I invite everyone to be bold and creative in this task of rethinking the goals, structures, style and methods of evangelization in their respective communities.” (EG. 33)
People in sports realized that on account of COVID, they needed to adapt training, planning, scheduling and playing their games. They could not afford to attempt to do things the way they always did. Some of their new practices may continue after the pandemic releases its grip on us. They have discovered that some of the new practices may be better than past practices.
Would that religious leaders “be bold and creative in the task of rethinking goals, structures, style and methods of evangelization” as recommended by Pope Francis. The call for boldness and creativity was also called for by Pope John Paul II in his address to the bishops of Latin America in 1983 when he said that evangelization had to be “new in its ardor, in its methods and in its expression.”
May we be creative in adapting our religious education and sacramental administration to the needs of our time.
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.