A bilingual parish mission history / Historia de una misión parroquial bilingüe
Historia de una misión parroquial bilingüe
Comenzamos a predicar misiones parroquiales bilingües en 1994 como parte del ministerio de Casa San Alfonso en Denver. Usamos un formato de misión que se usaba en ese momento entre los Redentoristas de nuestra Provincia y que adaptamos para ofrecer las misiones en inglés y español. A veces nuestras misiones duraban una semana. Ofrecíamos una misión de cinco noches con un servicio bilingüe y los participantes se dividían en grupos lingüísticos para las conferencias de misión. Un grupo lingüístico se quedaba en la Iglesia y el otro grupo iba a un salón parroquial u otro lugar. Más tarde, a menudo pasábamos dos semanas en una parroquia, ofreciendo la misión, una semana en inglés y una semana en español. Los primeros dos años ofrecimos dos o tres misiones cada año, y en enero de 1996 iniciamos un equipo de misión de tiempo completo que incluía a Redentoristas y misioneros laicos. Durante los siguientes cinco años hicimos un programa muy completo, ofreciendo misiones parroquiales en trece estados.
En 2001, el equipo de misiones se disolvió cuando me uní a una iniciativa redentorista en Liberal, Kansas. La comunidad de Liberal ofrecía un par de misiones parroquiales bilingües cada año. Desde entonces hasta 2020, participé en dos o tres misiones cada año, pero los tiempos estaban cambiando y, aunque hicimos adaptaciones al programa de misiones, la misión necesitaba ser reestructurada. Luego llegó el COVID, y desde entonces nuestras misiones bilingües no han continuado.
No le corresponde a un solo redentorista crear un nuevo formato para una misión parroquial. En realidad, puede que haya contribuido a la desaparición de nuestras misiones bilingües al trabajar con demasiada frecuencia como el único redentorista en una misión parroquial. Solo teníamos un equipo de misión bilingüe y después de que uno de mis cohermanos se jubilara de la predicación de misiones parroquiales en 2000, una jubilación bien merecida, ofrecí misiones con diferentes redentoristas que ayudaban en una u otra misión, y ofrecí algunas misiones solo con un equipo de voluntarios laicos en misión.
Ha habido complicaciones para ofrecer misiones como resultado de las respuestas a los escándalos que han tenido lugar dentro de la Iglesia. Si se desarrollara un nuevo formato de misión, se debe volver a algunos principios básicos para descubrir cómo una misión parroquial podría ser efectiva en nuestros tiempos. El proceso del ministerio hispano de escuchar, dialogar, discernir y acompañar podría ser eficaz para descubrir cómo la misión parroquial puede ser una iniciativa valorada para los Redentoristas en el futuro.
Desde que cumplí 72 años, he ayudado a algunos pastores mientras se van de estudio o de año sabático. He ocupado su lugar durante dos a cuatro meses. He hecho algunos experimentos ofreciendo un programa una vez a la semana durante cuatro o cinco semanas. Todavía queda mucho por hacer para que una nueva misión sea efectiva. Espero que la unificación de las Provincias de Baltimore, Denver, México y la Provincia vietnamita en los Estados Unidos, tomen forma nuevas iniciativas para ofrecer misiones multilingües.
Para recibir “Camina con mi Pueblo, Una Vida en el ministerio de migración”, se puede realizar un pedido a través del siguiente enlace. Animo a todos a quienes pueda contactar, especialmente a los seguidores de Padre Migrante, CMFN, PCMRT, a que utilicen el código 25004 para obtener un 10% de descuento. Hay descuentos mayores para pedidos al por mayor.
https://www.liguori.org/walk-with-my-people-a-life-in-migration-ministry.html
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
A bilingual parish mission history
We began preaching bilingual parish missions in 1994 as part of the ministry of Casa San Alfonso in Denver. We used a mission format commonly used at the time among Redemptorists of our Province that we adapted to offer the missions in English and Spanish. At times our missions were for one week. We offered a mission of five evenings with a bilingual service, and the participants separating into language groups for the mission conferences. One language group would stay in the Church, and the other group go to a parish hall or another venue. Later, we often spent two weeks in a parish, offering the mission, one week in English and one week in Spanish. The first two years we offered two or three missions each year, and in January 1996 we initiated a full-time mission team that included Redemptorists and lay missionaries. For the next five years we had a very full schedule, offering parish missions in thirteen states.
In 2001, the mission team disbanded, when I joined a Redemptorist initiative in Liberal, Kansas. The community of Liberal offered a couple bilingual parish missions each year. From then until 2020, I participated in two or three missions each year, but times were changing and even though we made adaptations to the mission program, the mission needed to be restructured. Then came COVID, and since then our bilingual missions have not continued.
It is not up to one Redemptorist to create a new format for a parish mission. In reality, I may have contributed to the demise of our bilingual missions by working too often as the only Redemptorist on a parish mission. We only had one bilingual mission team and after one of my confreres retired from preaching parish missions in 2000, a well-deserved retirement, I offered missions with different Redemptorists helping for one mission or another, and I offered a few missions alone with a team of lay volunteers in mission.
There have been complications to offering missions as a result of responses to the scandals that have taken place within the Church. If a new mission format were to be developed it must return to some basic principles to discover how a parish mission could be effective in our times. The Hispanic ministry process of listen, dialogue, discernment and accompaniment could be effective in discovering how the parish mission may be valued initiative for Redemptorists in the future.
Since I turned 72, I have helped some pastors while they go away for study or a sabbatical. I have taken their place for two to four months. I have done some experimentation with offering a program once a week for four or five weeks. Still there is much to be done if a new mission is to be effective. I hope that in bringing the Provinces of Baltimore, Denver, Mexico and the Vietnamese Province in the United States together, help create new initiatives in offering multilingual parish missions.
To receive “Walk with My People, a Life in Migration Ministry,” one can order through the following link. I encourage everyone whom I may reach, especially followers of Padre Migrante, CMFN, PCMRT, to use the code 25004 for a 10% discount. There are larger discounts for bulk orders.
https://www.liguori.org/walk-with-my-people-a-life-in-migration-ministry.html
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.