Anniversaries for religious life and priesthood / Aniversarios de vida religiosa y el sacerdocio
Aniversarios de vida religiosa y el sacerdocio
Mientras me preparo para celebrar mi quincuagésimo aniversario como sacerdote, deseo recordar dos celebraciones del jubileo de plata. Hoy recuerdo mi vigésimo quinto aniversario de profesión de votos como Redentorista. Hice profesión de votos en 1968 y fui ordenado en 1973. Era común que nuestros cohermanos celebraran su profesión de votos o la ordenación. Reconocí que podría haber un gasto significativo para tal celebración para mi familia, así que, en lugar de tener dos celebraciones en cinco años, quería celebrar mi profesión de votos antes que mi ordenación al sacerdocio.
Consideré mis votos redentoristas como un signo de quién soy, un religioso misionero dedicado al servicio de los pobres y los más abandonados. El sacerdocio es mi forma de servir en el ministerio, pero los votos son un reflejo de mi ser. Estoy feliz de que hayamos elegido celebrar mi vigésimo quinto aniversario de votos en 1993. Mi padre tuvo la oportunidad de celebrar su alegría por mi vida y ministerio redentorista. Cuando abordé un tren para entrarar al seminario menor en 1961, me hizo a un lado y me dijo: “Mike, si decides ser sacerdote, seré un padre muy orgulloso de mi hijo. O si después de unos años decides que esto no es para ti, y decides volver a casa, seré un padre muy orgulloso de mi hijo”. El orgullo de mi padre por mi ministerio fuera una ocasión especial para mí.
Estoy agradecido de que hicimos ese día especial para él. Murió tres meses después y si hubiéramos esperado hasta mi vigésimo quinto de ordenación, no habría estado presente. Cinco años más tarde, tuvimos una celebración familiar de mi vigésimo quinto de ordenación. Fue una celebración más pequeña en el patio trasero de una de las casas de mi hermana con solo la familia inmediata presente.
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Anniversaries for religious life and priesthood
As I prepare to celebrate my fiftieth anniversary as a priest, I wish to remember two silver jubilee celebrations. Today, I recall my twenty-fifth anniversary of profession of vows as a Redemptorist. I professed vows in 1968 and was ordained in 1973. It was common for our confreres to either celebrate their profession of vows or the ordination. I recognized that there could be significant expense for such a celebration for my family, so rather than have two celebrations in five years, I wanted to celebrate my profession of vows over my ordination to priesthood.
I viewed my Redemptorist vows as a sign of who I am, a missionary religious dedicated to serve the poor and most abandoned. Priesthood is how I serve in ministry, but vows is a reflection of my being. I am happy that we chose to celebrate my twenty-fifth anniversary of vows in 1993. My father had the chance to celebrate his joy at my Redemptorist life and ministry. When I boarded a train to enter the minor seminary in 1961, he pulled me to the side and said, “Mike, if you decide to be a priest, I will be a father very proud of his son. Or if after a few years you decide that this is not for you, and decide to come home, I will be a father very proud of his son.” The pride of my father celebrating my vows and ministry, made it a special occasion for me.
I am grateful that we made that day special for him. He died several months later and if we waited until my twenty-fifth of ordination, he would not have been present. Five years later, we had a family celebration of my twenty-fifth of ordination. It was a smaller celebration in the back yard of one of my sister’s houses with only the immediate family present.
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.