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Familia
Crecí en la década de 1950 en una comunidad identificada como “Holy Name”. Si alguien preguntaba dónde vivía en Omaha, simplemente decíamos, “Holy Name”. Muchos vecindarios de Omaha en ese momento fueron identificados por su parroquia católica. Universalmente, la gente conocía Holy Name y la Catedral, no solo los católicos. Teníamos una escuela primaria grande y una high school parroquial. Nuestra identidad estaba basada en la familia, la fe y Holy Name.
Mucha gente honra los valores de la familia en la cultura hispana. Hace treinta años, cuando entré al ministerio hispano, reconocí que los valores que aprendí en casa y en Holy Name me sirvieron bien en mi ministerio. El ministerio hispano busca preservar la sensibilidad cultural y el orgullo de los fundamentos familiares y religiosos en la vida de los migrantes. Muchas necesidades externas causan tensión en la apreciación de los fundamentos de los valores. La deportación, las demandas del trabajo estacional que separa a los miembros de la familia, el individualismo de la sociedad estadounidense, todos los adultos en una familia que trabajan diferentes horas y el estrés de vivir en los márgenes de la sociedad ejercen una gran presión sobre la unidad familiar. Los recursos que apoyan la familia y los valores humanos, como la iglesia y la escuela, crean muchas exigencias para los padres y los niños que limitan el tiempo en familia. Nuestro ministerio necesita animar y apoyar a aquellos que luchan por preservar su herencia familiar de fe y valores.
Antes de encontrar soluciones a las tensiones que debilitan los lazos familiares, debemos reconocer esas preocupaciones. Las personas en los márgenes de la sociedad tienen muchas demandas de su tiempo para sobrevivir. Es fácil para una persona perder los lazos con la iglesia y otras fuentes para mantener la vida familiar.
Las circunstancias en la vida cambian y debemos adaptarnos, pero muchas veces el no reconocer y comprender los desafíos de las personas al margen de la iglesia lleva a respuestas a medias y frustración.
(Mi madre era la mayor de diez hijos. Cada cinco años, tenemos una gran reunión familiar de todos los hijos, nietos y bisnietos de esos diez hermanos y hermanas. Esta fue nuestra octava reunión. Tuvimos más de 250 participantes, un poco menos de lo normal debido a COVID, pero fue una gran reunión. Dentro de la familia ahora hay miembros de etnias de todo el mundo. Celebramos juntos durante cuatro días. Mientras lo hacemos, nos damos cuenta de lo bendecidos que somos de permanecer unidos. Mi familia ha sido una bendición al experimentar lazos familiares, especialmente sirviendo gente de América Central y del Sur.
Espero que las familias de migrantes e inmigrantes tengan la oportunidad de crecer juntas al comenzar su vida en una nueva nación).
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(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Family
I grew up the 1950’s in a community identified as “Holy Name”. If someone asked where you lived in Omaha, we simply said, “Holy Name”. Many neighborhoods of Omaha at the time were identified by their Catholic parish. Universally, people knew Holy Name and Cathedral, not just Catholics. We had a large parish grade school and high school. It was not a large parish territorially, but our identity was were based on family, faith and Holy Name.
Many people honor the family values visibly present within the Hispanic culture. Thirty years ago, as I entered Hispanic ministry, I recognized the values that I learned at home and at Holy Name, serve me well in my ministry. Hispanic ministry seeks to preserve the cultural sensitivity and pride of family and religious foundations in the lives of migrants. to family ties. Many outside necessities cause strain on one’s appreciation of the foundations of values. Deportation, the demands of seasonal work that separates family members, the individualism of American society, all adults in a family working different hours and the stresses of living on the margins of society place great stress on family unity. Resources that support family and human values, such as church and school create many demands on parents and children that limit family time. Our ministry needs to animate and support those struggling to preserve their family heritage of faith and values.
Before finding solutions to the stresses that loosen family bonds, we must recognize those concerns. People on the margins of society have many demands on their time for survival. It is easy for a person to lose ties with church and other sources to support their family living.
Circumstances in life change and we must adapt, but there are many times that failure to recognize and understand the challenges of people on the margins of the church leads to half answers and frustration.
(My mother was the oldest of ten children. Every five years, we have a large family reunion of all the children, grandchildren and great grandchildren of those ten brothers and sisters. This was our eighth reunion. We had over 250 participants, a bit down from normal due to COVID, but it was a great time. Within the family now there are members from ethnicities all over the world. We celebrate together for four days. As we do so, we realize how blessed we are to remain close. My large family has been a blessing as I experience family ties of people, especially from Latin Central and South America.
I hope that migrant and immigrant families have the opportunity to grow together as they begin life in a new nation.)
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Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.