Stop the myth / Detén el mito
Detén el mito
El mito de la “migrante indocumentada criminal”. He trabajado durante treinta y cinco años en el ministerio de migración. He conocido a muchos miles de migrantes indocumentados. Dirigí una iniciativa para jóvenes del centro de la ciudad de Denver durante cinco años. Prediqué misiones parroquiales bilingües en más de quince estados. Trabajé en el ministerio campesino en Kansas, California, Oregon, Mississippi y más estados. Nunca he conocido a un criminal indocumentado en una iglesia, escuela o campamento de trabajadores agrícolas. Nunca he presenciado un crimen cometido por criminales indocumentados, aunque he presenciado crímenes cometidos contra inmigrantes indocumentados, incluso cometidos por agentes del gobierno y la policía.
No digo que no haya delitos dentro de la comunidad inmigrante, pero es menos probable que los cometa un inmigrante indocumentado que los cometan ciudadanos de los Estados Unidos. Las personas indocumentadas buscan trabajo y anonimato. Lo último que quieren hacer es llamar la atención. A veces pueden bajar la guardia debido a las condiciones de vida extremas, el abuso recibido, la injusticia, la depresión, la soledad y el alcohol. En cuanto a la entrada ilegal, el verdadero crimen es político, ya que no se ha hecho ningún esfuerzo para crear una vía apropiada de entrada para trabajadores, migrantes y refugiados. Las condiciones que crean la desesperación de las personas que buscan una vida mejor son las causas de todas las formas de entrada no autorizada. Con frecuencia, políticos matones lanzan acusaciones falsas contra los inmigrantes, que a su vez abusan de los trabajadores indocumentados en sus negocios.
El Papa Juan Pablo II identificó correctamente las causas de la violencia contra los migrantes y la respuesta que debe dar la Iglesia en su mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado de 1996:
“Cuando la comprensión del problema esté condicionada por prejuicios y actitudes xenófobas, la Iglesia no debe dejar de hacer oír la voz de la fraternidad, acompañándola con gestos que testimonien el primado de la caridad”.
***************************************
Para recibir “Camina con mi Pueblo, Una Vida en el ministerio de migración”, se puede realizar un pedido a través del siguiente enlace. Animo a todos a quienes pueda contactar, especialmente a los seguidores de Padre Migrante, CMFN, PCMRT, a que utilicen el código 25004 para obtener un 10% de descuento. Hay descuentos mayores para pedidos al por mayor.
https://www.liguori.org/walk-with-my-people-a-life-in-migration-ministry.html
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Stop the myth
The myth of the “criminal undocumented immigrant”. I have worked for thirty-five years within immigrant ministry. I have met many thousands of undocumented immigrants. I ran an initiative for inner city youth in Denver for five years. I preached bilingual parish missions in over fifteen states. I worked in farmworker ministry in Kansas, California, Oregon, Mississippi and more states. I have never met an undocumented criminal in a church, school or farmworker camp. I have never witnessed a crime done by undocumented criminals, although I have witnessed crimes done against undocumented immigrants, including done by government agents and police.
I am not saying that there is no crime within the immigrant community, but it is less likely to be done by an undocumented immigrant than by citizens of the United States. The undocumented persons seek work and anonymity. The last thing they want to do is to draw attention to themselves. Their guard may be down at times because of extreme living conditions, abuse received, injustice, depression, loneliness and alcohol.
Concerning illegal entry, the real crime is political, as no effort has been made to create an appropriate path of entry for workers, migrants and refugees. The conditions creating the desperation of people seeking a better life are the causes of all forms of unauthorized entry. False accusations against immigrants are frequently made by thuggish politicians who themselves abuse undocumented laborers in their businesses.
Pope John Paul II correctly identified the causes of violence against the migrant and the response that the Church must give in his message for the World Day of Migrants and Refugees, 1996:
“When an understanding of the problem (of migration) is conditioned by prejudice and xenophobic attitudes, the Church must not fail to speak up for brotherhood and to accompany it with acts testifying to the primacy of charity.”
**************************************
To receive “Walk with My People, a Life in Migration Ministry,” one can order through the following link. I encourage everyone whom I may reach, especially followers of Padre Migrante, CMFN, PCMRT, to use the code 25004 for a 10% discount. There are larger discounts for bulk orders.
https://www.liguori.org/walk-with-my-people-a-life-in-migration-ministry.html
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.