Blessed are those who mourn / Felices los que lloran
Felices los que lloran
«Felices los que lloran, porque ellos serán consolados»
El Papa Francisco concluye su reflexión sobre llorar: “Saber llorar con los demás, esto es santidad”.
La esperanza confiada durante un tiempo de sufrimiento, enfermedad y pérdida es el mensaje de la Cruz y la Resurrección. No separamos la cruz y la resurrección. Nuestra insistencia católica en la celebración de un funeral evangeliza a los que vacilan en su fe. Dos historias del funeral católico.
- Un director de funeraria ingresó a un programa de RICA. Trabajó en el negocio funerario durante veinticinco años cuando trabajó en tres funerales católicos en un mes. Uno fue por la muerte de una niña de once años muerta en un accidente automovilístico. Un segundo funeral fue para una víctima de suicidio y el tercero para una víctima de asesinato. Tres sacerdotes diferentes celebraron los funerales. Después de los funerales señaló que las homilías de cada sacerdote llamaron la atención de la gente a mirar más allá de la tristeza y tragedia de cada muerte a la esperanza de la resurrección. Después de esos funerales, le dijo a su esposa que tenía que convertirse católico porque esos sacerdotes conocen el significado del duelo y la esperanza.
- Después de la muerte de mi padre, cada uno de mis hermanos y hermanas y todos los nietos participaron en el funeral. Celebramos su vida y su fe. Alguien dijo a mis hermanas que deberían iniciar un negocio de mostrarle a la gente cómo celebrar un funeral.
El ritual católico para los funerales es un testimonio de santidad.
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El texto completo de El Llamado a la Santidad está disponible en línea en la pestaña Exhortaciones apostólicas en:
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Blessed are those who mourn
“Blessed are those who mourn, for they will be comforted”
Pope Francis concludes his reflection on mourning: “Knowing how to mourn with others: that is holiness.”
Confident hope during a time of suffering, illness and loss is the message of the Cross and Resurrection. We do not separate the cross and the resurrection. Our Catholic insistence on celebration of a funeral evangelizes those who waver in their faith. Two stories of Catholic mourning.
- A funeral director entered an RCIA program. He worked in the funeral business for twenty-five years when he worked three Catholic funerals in a month. One was for the death of an eleven-year-old girl killed in a car accident. A second funeral was for a suicide victim, and the third for a murder victim. Three different priests celebrated the funerals. After the funerals he noted that the homilies of each priest called the attention of the people to look beyond the sadness and tragedy of each death to the hope of resurrection. After those funerals, he told his wife that he had to become Catholic because those priests know the meaning of mourning and hope.
- After my father’s death, every one of my brother’s and sister’s and all of the grandchildren participated in the funeral. We celebrated his life and his faith. Someone told my sisters that they should start a business of showing people how to celebrate a funeral.
Our Catholic ritual for funerals is a witness to holiness.
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The full text of The Call to Holiness is available online under the tab, Apostolic Exhortations at:
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Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.