Be the best version of ourselves / Ser la mejor versión de nosotros mismos
Ser la mejor versión de nosotros mismos
Hoy celebramos el vigésimo quinto aniversario de bodas de Ricardo y Antonia, dos personas que fueron activos en la comunidad de Casa San Alfonso, de 1991 a 1996. El domingo, algunos de los miembros de la Casa celebrarán mi quincuagésimo aniversario de sacerdocio. Mientras celebro con ellos, estoy muy agradecido por la bendición que fueron parte mí de mi vida.
Mientras me preparo para este día, he pensado en una frase del programa de televisión Ted Lasso. No veo muchos programas, pero como viejo futbolista y fanático del fútbol, me metí en el programa. En el penúltimo programa de este año, el espectáculo contó con una declaración del gran entrenador, Pep Guardiola. Él dijo: “No te preocupes por las victorias o derrotas, solo ayuda a estos muchachos a ser las mejores versiones de sí mismos dentro y fuera del campo. Esto, al final, es lo más importante”. Si eso realmente viene de él, no lo sé, pero ayudar a las personas a “ser las mejores versiones de sí mismos” es un gran objetivo para cualquier entrenador, maestro, ministro, padre o madre.
Cuando veo a los exalumnos del ministerio de Casa San Alfonso hoy, ellos son las mejores versiones de sí mismos en sus vidas desde la Casa. Fue mi privilegio caminar con ellos. Podemos llamar a los años de la juventud momentos formativos, pero verdaderamente caminar con ellos me formó como redentorista y como sacerdote.
Dudo que muchos de ellos hayan conocido alguna vez al P. Enrique López. Me dijo: “Si no caminas con mi pueblo, no te molestes en aprender español”. Fueron los jóvenes de la Casa quienes caminaron conmigo, sacando lo mejor de mí. Espero que todos sepan mi gratitud.
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Be the best version of ourselves
Today, we are celebrating the twenty-fifth wedding anniversary of Ricardo and Antonia, two people who were active in the Casa San Alfonso community in Denver, from 1991 to 1996. On Sunday, some of the Casa members will celebrate my fiftieth anniversary of priesthood. As I celebrate with them, I am so grateful for the blessing they were to me in my life.
As I prepare for this day, I have thought about a line from the TV program, Ted Lasso. I do not watch many programs, but as an old soccer player and a fan of soccer, I got into the program. In the second last program this year, the show had a statement from the great coach, Pep Guardiola. He said, “Don’t worry about the wins or losses, just help these guys be the best versions of themselves on and off the pitch. This, at the end, is the most important thing.” Whether that is truly coming from him, I do not know, but “helping people be the best versions of themselves” is a great goal for any coach, teacher, minister or parent.
When I see the alumni of the ministry of Casa San Alfonso today, they are the best versions of themselves in their lives since the Casa. It was my privilege to walk with them. We may call the years of youth as formative moments, but truly walking with them formed me as a Redemptorist and as a priest.
I doubt if many of them ever knew Fr. Enrique Lopez. He told me, “If you do not walk with my people, don’t bother learning Spanish.” It was the young people of the Casa who walked with me, bringing out the best in me. I hope that they all know my gratitude.
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.