A Blessed Holy Week / Una Semana Santa Bendecida
Una Semana Santa Bendecida
Estuve en Cardonal, Hidalgo por la Semana Santa en 1993. Fue mi primera experiencia de Semana Santa en México. Fue una semana memorable. Celebramos el Domingo de Ramos en Ixmiquilpan, Hidalgo. Esperaba pasar toda la Semana Santa allí, pero el Padre Carlos, el párroco, me habló de un sacerdote en Cardonal que estaba enfermo y necesitaba más ayuda que él, así que el lunes fui allí. Poco después de llegar, una de las hermanas me llevó a un rancho a unos kilómetros de distancia para escuchar confesiones. Tocamos las campanas una vez para anunciar que el Padre estaba allí para oír confesiones. Diez minutos más tarde tocamos las campanas por segunda vez. Ahora la gente comenzó a considerar ir a la iglesia. Después de cinco minutos las tocamos por tercera vez. Cuando llegó la primera persona para la confesión, la hermana dijo que regresaría en tres horas para recogerme para la cena. No hubo interrupción en las confesiones después de tres horas y la hermana regresó y les dijo a todos los que esperaban que el Padre regresaría mañana por la mañana.
Durante los siguientes tres días, escuché confesiones durante ocho horas cada día y celebré misa todos los días. El Jueves Santo dije Misa en dos pueblos. En las Misas lavé los pies de doce pastorcitos en cada Misa. Necesitaban lavarse ambos pies, ya que venían de cuidar ovejas.
El Viernes Santo, escuché confesiones por tres horas más, y tuvimos un Vía Crucis viviente en las calles de Cardonal y celebré los servicios litúrgicos del Viernes Santo en dos pueblitos.
El Sábado Santo era un día libre para mí para ver todos los preparativos que se hacían para la fiesta después de la Misa de Vigilia en la iglesia de Cardonal. Cuando terminó la misa, al salir de la iglesia, comenzaron los fuegos artificiales y celebramos la Pascua.
He tenido el privilegio de celebrar la Semana Santa tres veces en pueblos rurales y ranchos en México. Son celebraciones de fe, y nunca he vivido la Pascua en Estados Unidos como esas tres veces en México.
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
A Blessed Holy Week
I was in Cardonal, Hidalgo for Holy Week in 1993. It was my first experience of Holy Week in Mexico. It was a most memorable week. We celebrated Palm Sunday in Ixmiquilpan. I was expecting to spend all of Holy Week there, but Padre Carlos, the pastor told me of a priest in Cardonal who was ill and needed help more than he did, so on Monday, I went there. Shortly after arriving, one of the sisters took me to a rancho several miles away to hear confessions. We rang the bell once to announce that Padre was there to hear confessions. Ten minutes later we rang it a second time. Now people began to consider going to the church. After five minutes we rang the bell a third time. When the first person arrived for confession sister said that she would be back in three hours to pick me up for supper. There was no break in the confessions after three hours and sister returned and told everyone waiting that Padre would be back tomorrow morning.
For the next three days, I heard confessions for eight hours each day, and celebrated Mass each day. On Holy Thursday, I said Mass in two villages. At the Masses I washed the feet of twelve shepherd boys at each Mass. They needed both feet washed, as they came in from tending sheep.
Good Friday, I heard confessions for another couple hours, and we had a living stations of the Cross on the streets of Cardonal and I celebrated the liturgical services for Good Friday in two different villages.
Holy Saturday was a free day for me to watch all the preparations being made for the fiesta after the Vigil Mass at the church in Cardonal. When Mass ended, as we left the church, fireworks began and we celebrated Easter.
I have been privileged to celebrate Holy Week three times in rural towns and ranches in Mexico. They are celebrations of faith, and I have never experienced Easter in the United States like those three times in Mexico.
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.