Extra-ordinary sacramental care / Atención sacramental extraordinaria
Atención sacramental extraordinaria
Quienes se dedican al ministerio migratorio responden a las necesidades extraordinarias de las personas con las que se encuentran. Responden a las necesidades legales, sanitarias, económicas, físicas y sociales de los migrantes. Se asume que los párrocos y los programas parroquiales se encargan de la atención espiritual y sacramental de todas las personas. Sin embargo, la inestabilidad y la falta de recursos impiden el acceso a la atención sacramental a muchas personas en la periferia. Consideren esta reflexión de un obispo que pidió a los líderes religiosos de su diócesis que presten atención a las personas que a menudo no están presentes en las actividades ordinarias de la iglesia.
Proclamando el Reino de Dios
Necesitamos preguntarnos a quiénes estamos y a quiénes no estamos proclamando el Reino de Dios con relación a la situación particular de nuestra Diócesis aquí en California Central.
Jesús se encontraba principalmente entre los pobres, los enfermos, los cojos, los afligidos, los oprimidos, los marginados, los leprosos, los cobradores de impuestos y los despreciados por la alta sociedad. A ellos especialmente Jesús les proclamaba el reino y el amor de Dios. ¿Quiénes son estas personas en nuestra sociedad y en nuestras parroquias? Son los pobres, las familias sin hogar, los trabajadores agrícolas y sus familias, los migrantes, los indocumentados, los enfermos, los prisioneros. La gran mayoría de estas personas solo asisten a Misa de vez en cuando.
Estas reflexiones hablan de los que viven al margen de la Iglesia, en carros, en campos de trabajo, en grupos aislados de casas, y en granjas y lecherías a través de la diócesis sin el lujo del transporte y sin estabilidad en sus vidas. Debemos ayudar pastoralmente, especialmente a aquellos que Nuestro Señor ama de una manera especial. Para ellos es el Reino de Dios.
El obispo John Steinbock fue obispo de Fresno de 1991 a 2010. Esto fue parte de su discurso en la convocatoria del clero de Fresno en enero de 2010.
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Extra-ordinary sacramental care
People engaged in migration ministry respond to the extraordinary needs of the people they encounter. They respond to legal, health, economic, physical and social needs of migrants. There are assumptions that pastors and parish programs take care of the spiritual and sacramental care of all people. Yet instability and lack of resources make access to sacramental attention unavailable to many people on the periphery. Consider this reflection from a bishop asking religious leaders in his diocese to pay attention to people often not present in ordinary church activities.
Proclaiming the Kingdom of God
We need to ask ourselves to whom we are and to whom we are not proclaiming the kingdom of God, in relation to the particular situation of our diocese here in Central California.
Jesus was found mostly amongst the poor, the sick, the lame, the suffering, the oppressed, the marginalized, the leper, tax collectors, those looked down upon and despised by the upper class. It was to these especially that he proclaimed the kingdom of God and manifested God’s love. Who are these people in our present society, and those within our parishes? They are the poor, the homeless families, the farmworkers and their families, the migrant, the undocumented, the sick, the imprisoned. The vast majority of these people rarely come to Mass.
These reflections are speaking of those that live on the margin of the Church, living in cars, in labor camps, in isolated clusters of homes, and those that work on the farms and dairies found throughout our diocese, so often without the luxury of transportation and of living a normal scheduled life. We should be pastoral, especially to those that our Lord loves in a special way. It is just such as these that the kingdom of God is comprised.
Bishop John Steinbock was the bishop of Fresno from 1991 to 2010. This was part of his address at the convocation for Fresno clergy in January 2010.
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Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.