The Poor Need Ordinary Ministry / Los pobres necesitan un ministerio ordinario
Los pobres necesitan un ministerio ordinario
He trabajado muchos años con migrantes y personas marginadas de la sociedad y de la Iglesia. A menudo los pobres pueden encontrar parroquias que los ayudan con necesidades humanas, como alimentos, servicios sociales, asesoramiento, acceso a la salud, viviendas de emergencia, visitas a los enfermos y servicios de duelo. Sin embargo, sorprendentemente, los pobres experimentan rechazo cuando buscan los sacramentos del bautismo, la confirmación y la eucaristía para sus seres queridos. Los pobres suelen tener necesidades extraordinarias, pero el Papa Francisco tiene razón cuando declara que “la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual”. (La alegría del Evangelio, p. 200) No reciben la Palabra ni el sacramento.
Incluso dentro de mi comunidad Redentorista, algunos hablan de mi trabajo con los trabajadores agrícolas inmigrantes como un “ministerio extraordinario”. Esforzarse por ayudar a los pobres con dificultades con la inmigración, los derechos y protecciones de los trabajadores, y los problemas sociales y de salud física y mental es un “ministerio extraordinario”, pero brindarles a los pobres la Palabra y los sacramentos es la responsabilidad de cada ministro dentro de la Iglesia.
Esta semana, buscamos ayudar a las personas involucradas en un ministerio extraordinario de migración, pero mi esperanza es que nuestros participantes presenten un llamado a la acción en sus parroquias y diócesis para proveer las necesidades espirituales ordinarias de los pobres con la proclamación de la Palabra y acceso a los sacramentos, especialmente a los Sacramentos de Iniciación. El ministerio ordinario de la Iglesia necesita prestar más atención a “la peor discriminación que sufren los pobres”.
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
The Poor Need Ordinary Ministry
I have worked many years with migrants and people on the margins of society and the Church. Often the poor may encounter parishes that help them with human needs, such as food, social services, counseling, health access, emergency housing, visits to the ill, and grief services. Yet, surprisingly, the poor experience rejection as they seek the sacraments of baptism, confirmation and eucharist for their loved ones. Poor people often have extraordinary needs, but Pope Francis is correct when he declares that “the worst discrimination which the poor suffer is the lack of spiritual care.” (The Joy of the Gospel, p. 200) They fail to receive the Word and sacrament.
Even within my Redemptorist community, people speak of my work with migrant farmworkers as “extraordinary ministry”. Striving to help the poor with difficulties with immigration, worker rights and protections, social, physical and mental health issues is “extraordinary ministry”, but providing the poor with Word and sacrament are the responsibility of every minister within the Church.
This week, we seek to help people engaged in extraordinary migration ministry, but my hope is that our participants present a call to action in their parishes and that they provide the ordinary spiritual needs of the poor with proclamation of the Word and access to the sacraments, especially the Sacraments of Initiation. The Ordinary ministry of the Church needs to pay more attention to “the worst discrimination that the poor suffer.”
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.