How did we get here? / ¿Cómo llegamos a este punto?
¿Cómo llegamos a este punto?
El horror de que Estados Unidos prive a diario a personas de sus derechos humanos por motivos de raza, etnia o clase social …. de que cree campos de concentración para inmigrantes, llamándolos centros de detención …. de que deporte a personas a las cárceles más depravadas del mundo …. de que se separe a familias …. de que vea a los políticos reírse de la destrucción de todas las instituciones establecidas para proteger nuestra dignidad y nuestros derechos humanos … de que líderes religiosos y de derechos humanos sean amenazados ….
Una historia así, solo imaginable en la ficción, se desarrolla a diario en Estados Unidos hoy en día. ¿Cómo llegamos a este punto? Es fácil atribuir la pesadilla migratoria actual a un solo hombre, el presidente Trump, y sus secuaces, pero no basta con culpar a nuestros políticos ineptos y perezosos. Ha habido una disminución gradual de la atención estadounidense a los derechos humanos considerados “inalienables” en la Declaración de Independencia. “Consideramos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”.
Durante el último año, he escrito con frecuencia en los blogs de Padre Migrante sobre la enseñanza de la Iglesia sobre la migración a lo largo del último siglo, centrándome especialmente en el magisterio papal. Esta enseñanza ha sido coherente y bien expresada por todos los Papas desde que comenzó la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado en 1915. Considerando estas enseñanzas, la gente busca algo más que palabras inspiradoras. Busca respuestas. Desafortunadamente, los políticos ofrecen respuestas simplistas que no abordan problemas de gran complejidad. Carecen de disciplina e integridad para comprender la complejidad de la migración. Culpar a los inmigrantes pobres e indefensos de los problemas de la migración es fácil, mientras que abordar las verdaderas causas de la migración es inconveniente y difícil.
En 1996, el Papa Juan Pablo II abordó la necesidad de comprender la migración e instó a la Iglesia a defender a nuestros hermanos y hermanas migrantes: “Cuando la comprensión del problema esté condicionada por prejuicios y actitudes xenófobas, la Iglesia no debe dejar de hacer oír la voz de la fraternidad, acompañándola con gestos que testimonien el primado de la caridad”.
Cabe destacar que hizo esta declaración hace casi 30 años. También habló claramente sobre el lugar del inmigrante ilegal dentro de la Iglesia Católica: «En la Iglesia nadie es extranjero, y la Iglesia no es extranjera para ningún hombre y en ningún lugar. Como sacramento de unidad y, por tanto, como signo y fuerza de agregación de todo el género humano, la Iglesia es el lugar donde también los emigrantes ilegales son reconocidos y acogidos como hermanos».
La pregunta que debemos hacernos no es: «¿Cómo llegamos a este punto?». La pregunta que debemos contestar es: «¿Qué hacemos ahora?».
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(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
How did we get here?
The horror of having the United States daily depriving people of human rights based on race, ethnicity or class …. creating immigration concentration camps and calling them detention centers …. deporting people to the most depraved prisons in the world …. separating families …. watching politicians laugh at the destruction of every institution that was established to protect our human dignity and rights ….. religious and human rights leaders threatened ….
Such a storyline only imaginable in fiction, is played out daily in the United States today. How did we get to this point? It is easy to pin today’s immigration nightmare on one man, President Trump and his minions, but it is not enough to blame our inept and lazy politicians. There has been a gradual decline of American attention to the human rights deemed as “inalienable” in the Declaration of Independence. “We hold these truths to be self-evident, that all men are created equal, that they are endowed by their Creator with certain unalienable Rights, that among these are Life, Liberty and the pursuit of Happiness.”
For the past year, I have written often in the Padre Migrante blogs about the Church’s teaching on migration over the past century, especially focusing on Papal Teaching. The teaching has been consistent and well expressed by all of the Popes since the World Day for Migrants and Refugees began in 1915. Considering those teachings, people want more than inspiring words. They want answers. Unfortunately, politicians offer simplistic answers that fail to address issues of great complexity. They lack discipline and integrity to seek understanding of the complexity of migration. Blaming the problems of migration on the poor and defenseless immigrants is easy, while confronting the true causes of migration is inconvenient and difficult.
In 1996, Pope John Paul II addressed the need to understand migration and called on the Church to speak up for our brother and sister migrants, “When an understanding of the problem is conditioned by prejudice and xenophobic attitudes, the Church must not fail to speak up for brotherhood and to accompany it with acts testifying to the primacy of charity.”
Note that he made this statement nearly 30 years ago. He also clearly spoke about the place of the illegal immigrant within the Catholic Church. “In the Church no one is a stranger, and the Church is not foreign to anyone, anywhere. As a sacrament of unity and thus a sign and a binding force for the whole human race, the Church is the place where illegal immigrants are recognized and accepted as brothers and sisters.”
The question that we must as is not, “How did we get here?” The question we must answer is, “What do we do now?”
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Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.