My hope for “Go and Bear Fruit” / Mi esperanza para Vayan y Den Fruto
Mi esperanza para Vayan y Den Fruto
Muchas veces se habla del ministerio campesino como “ministerio extraordinario”, pero siempre ha sido un “ministerio ordinario”. Se trata de caminar con el pueblo a quien Cristo amó. La cuestión es que Cristo amó a todos por igual, pero caminaba más a menudo con la gente que estaba fuera de la mayoría de las personas respetadas y honradas de su tiempo. No amaba a los líderes y los respetados menos, simplemente pasaba más tiempo con los pobres, los enfermos, los cojos, los afligidos, los oprimidos, los marginados, los leprosos, los cobradores de impuestos y los despreciados por la alta sociedad. Éstos eran los que recibieron de su amor.
Considerar el ministerio con los marginados de nuestro tiempo como extraordinario no debería ser el estilo de la Iglesia Católica en ningún momento, especialmente porque vivimos en una época de tal división en la sociedad e incluso dentro de la Iglesia. Espero que nuestro programa “Vayan y den fruto” anime a quienes están extendiendo el mensaje de Cristo a los marginados, pero espero que también extienda a través de quienes participan una invitación a las personas en el ministerio común de las parroquias y oficinas de la Iglesia a reconocer la responsabilidad de brindar Palabra y Sacramento a los pobres.
Nunca habrá suficientes misioneros que ayuden a los pobres si el ministerio ordinario de la Iglesia no da cuenta de la responsabilidad de proclamar la Palabra y dar acceso a los sacramentos a los pobres. El Papa Francisco dice: “Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio.” (Alegría del Evangelio 20) Su llamado no es sólo a quienes eligen servir a los migrantes, sino a cada cristiano y a cada comunidad. Que cada parroquia descubra nueva vida proclamando la Palabra y acogiendo a los pobres a la gracia del sacramento.
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
My hope for “Go and Bear Fruit”
Often people talk of campesino ministry as “extraordinary ministry”, but it has always been ordinary ministry. It is about walking with the people whom Christ loved. The thing is that Christ loved everyone equally, but he walked more often with the people on the outside of most the respected and honored people of his time. He did not love the leaders and well to do less, he simply spent more time with the poor, the sick, the lame, the suffering, the oppressed, the marginalized, the leper, tax collectors, those looked down upon and despised by the upper class. These were the ordinary recipients of his love.
Looking at ministry with the outcasts of our time as extraordinary should not be the way of the Catholic Church at any time, especially as we live in a time of such division in society and even within the Church. I hope that our program “Go and Bear Fruit” encourages those who are extending Christ’s message to the marginalized, but I hope that it also extends through those participating an invitation of people in the common ministry of parishes and Church offices to recognize responsibility to provide Word and Sacrament to the poor.
There will never be enough missionaries helping the poor, if the ordinary ministry of the Church fails to recognize our common call to present Word and Sacrament to the poor. Pope Francis say, “Each Christian and every community must discern the path that the Lord points out, but all of us are asked to obey his call to go forth from our own comfort zone in order to reach all the “peripheries” in need of the light of the Gospel.” (Joy of the Gospel 20) His call is not to only those choosing to serve the migrants, but to each Christian and every community. May every parish discover new life by proclaiming the Word and welcoming the poor to the grace of sacrament.
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.