Focus on what unites / Centrarse en lo que une
Centrarse en lo que une
“No ruego sólo por éstos, sino también por todos aquellos que creerán en mí por su palabra. Que todos sean uno, como tú Padre, estás en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí.” (Jn 17, 20-23)
Jesús oró: “Padre, que sean uno…” Hay muchas señales de división a nuestro alrededor. Lo vemos en la sociedad, en los barrios, en las escuelas, en los hogares y dentro de la Iglesia. Lo vemos en la hostilidad mutua por motivos de raza, religión, educación, estatus económico y mucho más. Denunciamos las pandillas en las calles, pero todos nos unimos a una variedad de “pandillas” que nos separan unos de otros. Hay demasiados amargados que dividen en lugar de unir a las naciones, las comunidades, las familias y la Iglesia. Todos conocemos a los amargados. Todo lo que les rodea es utilizado, abusado, juzgado, condenado e ignorado.
Dentro de la Iglesia, los de cara de vinagre se pueden ver desde la jerarquía, el clero y los líderes laicos, las personas participando en las oraciones, las divisiones dentro de las familias y aquellos que ya no se identifican con la identidad cristiana y católica. Hay muchas excusas para todas nuestras divisiones, pero no hay fundamento para estas divisiones dentro del Evangelio de Jesús.
Jesús ora para que dentro de sus seguidores haya unidad. Que su gracia sea suficiente, pero debemos acoger esa gracia. Hagamos realidad las palabras de Jesús, “para que sean uno”.
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Focus on what unites
“I pray not only for them, but also for those who will believe in me through their word, so that they may all be one, as you, Father, are in me and I in you, that they also may be in us, that the world may believe that you sent me. And I have given them the glory you gave me, so that they may be one, as we are one, I in them and you in me.” (Jn 17: 20-23)
Jesus prayed, “Father, that they may be one….” There are many signs of division around us. We see it in society, within neighborhoods, in schools, in homes, and within the Church. We see it in hostility to one another based on race, religion, education, economic status and so much more. We decry gangs on the streets, but we all join a variety of “gangs” that separate us one from another. There are too many sourpusses who divide rather than unify nations, communities, families and the Church. We all know the sourpusses. Everything around them is used, abused, judged, condemned and ignored.
Within the Church, the sourpusses can be seen from the hierarchy, to clergy and lay leaders, to people in the pews, divisions within families and to those who no longer identify with the Christian and Catholic identity. There are many excuses for all of our divisions, but there are no grounds for these divisions within the Gospel of Jesus.
Jesus prays that within his followers there is unity. May his grace be enough, but we need to welcome that grace. Let us make Jesus’ words a reality, “that they may be one.”
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.
