Be at peace – Sea indulgente / Esté en paz
Esté en paz
Cuando Jesús se apareció a los discípulos, dijo: “Paz esté con ustedes”. Necesitaba decirlo de nuevo: “Paz esté con ustedes”. Cuando se acercó a los discípulos por segunda vez, comenzó una vez más: “Paz esté con ustedes”. De todas las necesidades que tenemos, Jesús destaca la paz. La paz no es un sentimiento ni un deseo momentáneo. Es un estado del ser que es ilusorio. Los miedos, la ansiedad, la pérdida, la falta de autoestima, las preocupaciones, las prisas, la falta de atención y muchas otras cosas interfieren en nuestra paz. Los Apóstoles estaban preocupados por muchas cosas cuando Jesús se les apareció. En lugar de responder a las preguntas que debían haber tenido, simplemente les deseaba paz.
Es difícil estar en paz en un mundo apresurado. El domingo es un día de descanso en la tradición católica. Se nos instruye a dejar de lado el trabajo y el ritmo apresurado de nuestra vida para dedicar tiempo a Dios. No solo es una lucha para los laicos, es una lucha para los sacerdotes. A menudo, celebro dos, tres o incluso más misas los domingos. En el ministerio rural es común conducir varias horas para celebrar misas en iglesias misioneras. El ritmo no es tranquilo.
Cuando alguien pasa de esta vida, algunos dicen: “Ahora está en paz”. Estas palabras pueden surgir de una larga enfermedad o de circunstancias trágicas. Sin embargo, la paz real se puede lograr mucho antes de que uno fallezca. Los momentos de paz más impresionantes que he observado es con los jóvenes que enfrentan una enfermedad terminal.
Mi compañero de clase y mejor amigo, Terry, descubrió que tenía cáncer mientras estábamos en el seminario. Se fue a casa con su familia con la esperanza de una remisión, pero eso no sucedió. Unos meses antes de su muerte, vino a visitarnos al seminario. Los compañeros de clase estábamos preocupados porque nuestro amigo estaba más en paz con su próxima muerte que nosotros. El dijo, “puedo morir cuando tengo 22 años y mi vida será completa. Es posible que fallece cuando tienen 82 años y su vida será completa. No importa cuántos días Dios nos da sino lo que haces con cada día que él nos da”. Algunos pueden ver sus palabras como fatalistas, pero él estaba en paz. Su paz se funda en la fe.
Tres meses más tarde murió Terry. Preparó una tarjeta conmemorativa que decía: “No pides por qué he muerto, pide por qué viviré”. Su paz se levantó de su fe, como él confió en las palabras de Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque muera, vivirá.” (Jn. 11:25)
(Mañana: Sueño de Paz)
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Be at peace
When Jesus appeared to the disciples, he said, “Peace be with you.” He needed to say it again, “Peace be with you.” When he came to the disciples a second time, he once again began, “Peace be with you.” Of all the needs that we have, Jesus highlights peace. Peace is not a feeling, or a momentary wish. It is a state of being that is illusive. Fears, anxiety, loss, lack of self-esteem, worries, haste, lack of attention and many other things interfere with our peace. The Apostles were concerned about many things when Jesus appeared to them. Instead of answering the questions that they must have had, he simply wished them peace.
It is difficult to be at peace in a hurried world. Sunday is a day of rest in our Catholic tradition. We are instructed to put aside work and the hurried pace of our lives to dedicate time for God. Not only is this a struggle for lay people, it is a struggle for priests. Often, I celebrate two, three or even more Masses on Sundays. In rural ministry it is common to drive several hours to celebrate Masses in mission churches. The pace is not peaceful.
When someone passes from this life, people say, “He/she is now at peace”. These words may arise from a long illness or tragic circumstances. Yet, real peace can be achieved long before one passes from life. The most impressive moments of peace that I have observed is with young people facing terminal illness.
My classmate and best friend, Terry, discovered that he had cancer while we were in the seminary. He went home to his family with hopes of remission, but that did not happen. A few months before his death, he came to visit us in the seminary. We classmates were troubled as our friend was more at peace with his coming death than we were. He said, “I may die when I am 22 years old and my life will be complete. You may die when you are 82 years old and your life will be complete. It does not matter how many days God gives you but what you do with each day he gives.” Some may see his words as fatalistic, but he was at peace. His peace was founded on faith.
Three months later Terry died. He prepared a memorial card saying, “Do not ask why I have died, ask why I shall live.” His peace arose from his faith, as he trusted Jesus’ words, “I am the Resurrection and the life, whoever believes in me, even if he dies, will live.” (Jn. 11:25)
(Tomorrow: Longing for Peace)
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.