Say No to Vengeance / Diga no a la venganza
Diga no a la venganza
En tiempos de Jesús, Israel no era una nación en paz. Externamente, había resentimientos por la ocupación extranjera y divisiones religiosas entre el pueblo judío. Hubo muchos sufrimientos a causa de la pobreza y los prejuicios que dividían al pueblo. Pedro preguntó: “¿Cuántas veces debo perdonar a mi hermano?” Las traducciones de la respuesta de Jesús pueden diferir. Algunos dicen: “No siete veces, sino setenta y siete veces” o “setenta veces siete”.
Cuando Jesús nos dice que perdonemos en todo momento, reconoce la dureza de sus tiempos. Su respuesta no fue sólo para Pedro, sino para todos sus seguidores, desde los Apóstoles hasta sus seguidores de hoy. Sé que ha habido divisiones, agravios entre familiares, comunidades, estados y naciones, pero en nuestro tiempo parece que la ira y la venganza son una presencia constante en nuestras vidas. Los medios presentan noticias locales y mundiales cada hora del día. Los insultos, la ira, los juicios y la tragedia endurecen nuestra sociedad. Perdonar parece impensable. La voluntad de Pedro de perdonar siete veces parece imposible en nuestro tiempo. Perdonar “setenta veces siete” es inimaginable.
Tres meses después del desastre del 11 de septiembre, el Papa Juan Pablo II dijo que “No hay paz sin justicia ni justicia sin perdón”. Desde el 11 de septiembre hemos sido testigos de guerras, genocidio, ataques terroristas, violencia racial, tiroteos en escuelas, tiroteos y bombardeos en iglesias, masacres en el extranjero y en el país, y un aumento del discurso de odio que nos endurece unos contra otros, incluso dentro de nuestras familias.
Necesitamos decir No a la venganza. Necesitamos perdonar, incluso antes de que tengamos ganas de perdonar. El perdón es una acción decisiva de nuestra parte. Necesitamos dejar de lado la ira y los resentimientos para poder perdonar verdaderamente. No podemos imaginar perdonar mientras en realidad estamos siendo heridos, pero Jesús nos da una señal de lo importante que es que perdonemos cuando, incluso estando en la cruz, dice: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
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Say No to Vengeance
In the time of Jesus, Israel was not a nation at peace. Externally, there were resentments of foreign occupation and religious divisions among the Jewish people. There were many suffering because of poverty and prejudices dividing the people. Peter asked, “How often must I forgive my brother?” Translations of Jesus’ response may differ. Some read, “Not seven times, but seventy-seven times” or “seventy times seven”.
As Jesus tells us to forgive at all times, he recognizes the hardness of his times. His response was not only for Peter, but for all of his followers from the Apostles to his followers today. I know that there have been divisions, grievance between family members, communities, states and nations, but in our time, it seems that wrath and vengeance are a constant presence in our lives. Media presents local and world news every hour of the day. Insults, anger, judgment and tragedy harden our society. To forgive appears unthinkable. Peter’s willingness to forgive seven times sounds impossible in our time. To forgive “seventy times seven” is unimaginable.
Three months after the 9/11 disaster, Pope John Paul II said, there is “No peace without justice and no justice without forgiveness.” Since 9/11 we have witnessed wars, genocide, terrorist attacks, racial violence, school shootings, church shootings and bombings, massacres foreign and domestic, and an increase in hate speech that hardens us against one another, even within our families.
We need to say No to vengeance. We need to forgive, even before we feel like forgiving someone. Forgiveness is a decisive action on our part. We need to put aside anger and hurt feelings in order to truly forgive. We cannot imagine forgiving while we are actually being hurt, but Jesus gives us a sign of how important it is that we forgive when even while being on the cross, he says, “Father, forgive them, they know not what they do.”
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Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.