Developing Virtue: Humility / Desarrollar la virtud: la humildad
Desarrollar la virtud: la humildad
Autoestima y Humildad
La virtud de la humildad no significa nada si uno no es plenamente consciente de sí mismo. Necesitamos ser conscientes de lo que hay de bueno en nosotros como hijos de Dios. Una de las alegrías de una reunión de treinta años de miembros de nuestra iniciativa juvenil Redentorista, Casa San Alfonso, fue escuchar a muchos de esos exalumnos recordar sus recuerdos favoritos de Casa San Alfonso (1991-1996). De diversas maneras dijeron que se habían dado cuenta de su propia capacidad para vivir bien. Como jóvenes, eran muy conscientes de la forma en que otros consideraban a los jóvenes inmigrantes hispanos en el centro de la ciudad.
Al tomar conciencia de su propia dignidad como hijos de Dios, reconocieron el bien en los demás. Si el “otro” es igualmente amado por Dios como éllos, debe tratarlo con la misma dignidad que merece. La autoestima se refuerza al tratar a los demás con respeto.
A medida que llegaron a conocer su propia dignidad, tuvieron que reconocer y superar sus propios malos hábitos y resistir inclinaciones poco caritativas. La humildad es tener una apreciación honesta de sus propios dones y debilidades. El crecimiento de los jóvenes de Casa San Alfonso puede que no haya sido una línea recta, pero siempre fue hacia algo mejor.
Ojalá el mensaje de Ted Lasso (programa de televisión) como entrenador hubiera existido en aquel momento. Lo habría publicado en lugares destacados de la Casa. Dice: “El éxito no se trata de victorias y derrotas, sino de ayudar a estos muchachos a ser las mejores versiones de sí mismos dentro y fuera del campo”. Aprender a perdonar y a ser perdonados es fundamental para convertirnos en “las mejores versiones” de nosotros mismos. Este es un verdadero equilibrio entre autoestima y humildad.
(Si tienes observaciones o preguntas para Padre Migrante, envían las a padremigrante@gmail.com)
Developing Virtue: Humility
Self-esteem and Humility
The virtue of humility means nothing if one is not fully self-aware. We need to be aware of what is good in us as children of God. One of the joys of a thirty-year reunion of members of our Redemptorist youth initiative, Casa San Alfonso, was hearing many of those alumni calling to mind their favorite memories from Casa San Alfonso (1991-1996). In a variety of ways, they said that they realized their own capacity for good. As young people they were quite aware of the way others considered young Hispanic immigrants in the inner city.
As they became aware of their own dignity as children of God, they recognized good in others. If the “other” is equally loved by God as they are, they must treat them with the same dignity that they deserved. Self-esteem is reinforced by treating others with respect.
As they came to know their own dignity, they had to recognize and overcome their own bad habits and resist uncharitable inclinations. Humility is having an honest appreciation of one’s gifts and weaknesses. The growth of the youth of Casa San Alfonso may not have been a straight line, but it always was moving towards better.
I wish that the message of Ted Lasso (TV program) as a coach had been around at that time. I would have posted it in prominent places in the Casa. He says, “Success is not about wins and losses, but helping these guys be the best versions of themselves on and off the field.” Learning how to forgive and to be forgiven is essential to become “the best versions” of ourselves. This is a true balance of self-esteem and humility.
(If you want Padre Migrante to respond to your concerns or questions, write to: padremigrante@gmail.com)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.